Otro personaje femenino que representa el invierno es La Reina de las Nieves, protagonista de la maravillosa historia que escribió Hans Christian Andersen. En el Laberinto podéis leer una entrada que le dediqué a este personaje, por las múltiples versiones que se han descrito de ella. A mí me recuerda un poco al personaje de Jareth, en Dentro del laberinto, no lo veo como un enemigo, sino como un ser de la Naturaleza que ayuda al humano a valorar lo que tiene.
Entre los seres invernales masculinos, tenemos al famoso Santa Claus, Papá Noel o San Nicolás, conocido por ser un viejo elfo alegre -recordad a sus duendes ayudantes-, al que en algunos países escandinavos se le da otros nombres. Por ejemplo, en Suecia es el jultome, el rey de la casa de las hadas. En Islandia, julburk, se trata de un hada con cuernos quien también recibe pasteles a cambio de regalos. Y en Noruega, julenisse, un viejecito vestido de rojo y con capa.
Relacionado con la Navidad, tenemos también el tronco. Las culturas nórdicas veneraban a los árboles. El abeto simboliza la eternidad de la diosa y lo decoraban con los regalos que se querían recibir al año siguiente. Así, la fruta era buena cosecha, los frutos
secos, fertilidad; las monedas, dinero; las velas, sol; y los colgantes y amuletos, amor. Los vikingos decoraban el tronco con runas y lo quemaban para honrar a Thor. En Cataluña, por esas fechas también tiene la gente en sus hogares un tronco, al que alimentan durante varios días y al final "caga" regalos.
En la mitología griega, Bóreas era el dios del viento del norte que traía el invierno. Se le suele representar como un anciano con barbas y cabellos desgreña
dos, con una caracola y una túnica de nubes. En Roma era el dios Aquilón.
Un participante del 17 de diciembre, a unos tres metros de la tertulia, me susurró al oído, el wendigo, una criatura que habita los fríos bosques septentrionales americanos, que en los Mitos de Cthulhu, Lovecraft lo asocia al dios del Ártico, Ithaqua.
Los libros que trajeron otros participantes:
Tolkien, J.R.R. Cartas de Papá Noel. El Aleph, 2006. Traducción: Manuel Figueroa.
Todos los años, en diciembre, los hijos de J. R. R. Tolkien recibían un sobre con un sello del Polo Norte. Dentro había una carta escrita con una extraña letra temblorosa y un dibujo de vivos colores o algunos bocetos. El remitente era Papá Noel. En sus cartas contaba relatos fantásticos de la vida en el Polo Norte: cómo se soltaron todos los renos de los trineos y desperdigaron los regalos por doquier; cómo el inoportuno Oso Polar escaló el Polo Norte y se cayó por el tejado de la casa de Papá Noel para aterrizar en el comedor; cómo rompió la Luna en cuatro partes e hizo que el hombre que vive en ella cayera en el jardín; y ¡cómo se declaró la guerra a una horda de trasgos picapleitos que vivían en unas cuevas debajo de la casa! En ocasiones, el Oso Polar garabateaba una nota y, otras veces, el elfo Ilbereth escribía con sus trazos elegantes y fluidos para añadir vida y humor a los relatos. Este volumen actualizado contiene una gran cantidad de material nuevo, cartas y dibujos que faltaban en las ediciones anteriores. Todos los lectores, jóvenes y adultos, se verán cautivados por la imaginación y la "autenticidad" de las Cartas de Papá Noel de J. R. R. Tolkien.J. R. R. Tolkien nació el 3 de enero de 1892. Además de por su larga y distinguida carrera en el ámbito académico, es conocido por sus extraordinarias obras de ficción: El hobbit, El Señor de los Anillos, El Silmarillion y otros relatos y ensayos. Sus libros han sido traducidos a más de cuarenta idiomas y han vendido muchos millones de copias en todo el mundo. Murió en 1973 a los ochenta y un años.
Baum, L. Frank. Vida y aventuras de Santa Claus. Valdemar: Madrid, 1999. Traducción de Santiago García.
Claus, un bebé humano, es acogido y criado por la ninfa Necile, pariente de las hadas y de buen número de seres inmortales que habitan en el bosque de Burzee: los Knooks, los Ryls, los gnomos, los demonios del viento y otros muchos. Todo lo que de la vida de Santa Claus ha llegado hasta nosotros por el acarreo temporal de la tradición está en la narración de Baum : los renos, el árbol de Navidad, la invención del juguete, su casa y taller, el motivo de poner los calcetines para recibir los regalos... Todo está aquí, y no elaborado como un erudito estudio histórico, sino con el encanto de un relato fantástico que a veces remonta el vuelo a la esfera de la Alta Fantasía, y nos recuerda a Tolkien , a quien evoca anticipadamente en algún destello de estas páginas.Pratchett, Terry. Hogfather (Papá Puerco, para los que quieran leerlo traducido). Mondadori, 2008. Traducción de Javier Calvo Perales.
Es la Vigilia de los Puercos, la fiesta invernal que marca el año nuevo en el Mundodisco. Los niños duermen y esperan que Papá Puerco baje por la chimenea y les deje sus regalos. Sin embargo, algo extraño está ocurriendo. El visitante no es un anciano tripudo de barba blanca. Recuerda más bien a un esqueleto. No se aclara mucho con el almohadón que lleva atado a la cintura debajo del traje rojo. Exclama «¡Jo, jo, jo jo!» en tono fúnebre y parece más acostumbrado a usar la guadaña que a repartir caramelos dentro de los calcetines. Pero alguien tiene que hacer el trabajo, porque Papá Puerco está... Bueno, a falta de palabra mejor, muerto. Y si para mañana por la mañana no creen en él las suficientes personas, el sol no asomará por el borde del mundo. En esta nueva novela (que debería llevar un aviso en portada por su tremenda adictividad) el destino del Mundodisco queda en manos del auténtico sentido de la fiesta más entrañable del calendario, que es poner regalos bajo el árbol y comer hasta reventar. ¿O era la paz y la buena voluntad? Quizá su sentido último sea otro, olvidado hace tiempo.Froud, Wendy; Windling, Terri. The Winter Child. Simon & Schuster, 2011. El invierno no ha llegado y el rey de las hadas, Oberón, se pregunta cuál es el motivo. Pronto se descubrirá la terrible verdad de la ausencia del invierno y habrá un dramático duelo de hechiceros, de los que dependerá el equilibrio del reino feérico.
Y por último, se volvió a contar con la famosa obra de Dickens, Canción de Navidad, y yo repito, algún día me haré con un ejemplar de Cuentos de Navidad, editado por Edhasa en 2007.
Gracias a todos los que asistieron. ¡Nos vemos en la próxima!
¡Felicidades por esta magnífica entrada Noemí! Me ha encantado =)¡Qué bien os lo debéis de pasar en esas tertulias!
ResponderEliminarAprovecho para desearte un feliz año nuevo ;)
¡Besos!
Wow, eso fue bastante interesante. Seguiré pasando por aquí, me encanta tdo eso de la fantasía, los mitos y las leyendas ;)
ResponderEliminar¡Hola!
ResponderEliminarClaro que no me importa poner tu nombre :) Ahora mismo lo añado ^^
Soy seguidora de tu blog desde tiempo jijiji!
¡Un besote!
Me alegro de os haya gustado esta entrada :)
ResponderEliminarInma: ¡Es cierto! Ahora al ver tu nombre, me acordé que te había leído por aquí. Gracias por poner mi nombre en la ficha de "Dentro del laberinto".
Saludos,
Noemí.
Qué bien suena, Noemí!! A disfrutar de ella!! Tengo las Cartas a Papá Noel de Tolkien en inglés y traducidas. Y quizá tengo algún que otro libro de seres mágicos del que no he hablado aún.
ResponderEliminarQuizá lo presente en alguna otra ocasión que tengamos de coincidir en otra tertulia, que lleve el mismo nombre o similar...
Un abrazo grande!!
(me alegra ver que has retomado el blog...y me gusta muchísimo el ambiente invernal que lo envuelve) bsss!!!!
Aquí en el Perú se cuentan muchas historias de seres mágicos. Uno de ellos es el Amaru, serpiente gigantesca creada por Tulumanya (el arco iris, tiene cabeza de canélido, alas de murciélago. Se dice que cuando están molestos "resoplan un viento helado y escupen granizo", pero Illapa (el rayo) y Wayra (el viento), creados por el dios supremo Wiracocha,lo combaten hasta hacerlo regresar al fondo del lago.
ResponderEliminarPor estos años, se han publicado en el Perú dos libros: "Breve bestiario peruano / seres mitológicos" por Daniel Cossíos y "Seres mágicos del Perú" por Javier Zapata Innocenzi.
Un abrazo desde mi moraada de Barranco.
En el comentario anterior debe decir "camélido" (llama, alpaca, vicuña o huanaco, por ejemplo).
ResponderEliminarMuchas gracias por tus comentarios, Orlando. Desconozco la mitología peruana, así que serían datos de gran valor para esta tertulia :)
ResponderEliminarUn saludo y gracias por pasar por el Laberinto.
Tal vez este dato te interese. El muqui es un duendecillo que habita las profundidades. Tiene ojos centelleantes y dos cuernillos, se dice que es el guardián de las riquezas minerales que guardan en sus entrañas las montañas. Algunos que lo han visto dicen que lleva un traje de oro. Sus cuernos le permiten horadar las paredes rocosas. Cuando está de buen ánimo puede guiarte a las vetas de oro y plata o perderte en los socavones o provocar derrumbes cuando está agrio de carácter.
ResponderEliminarSaludos deade mi morada en Barranco.
ORLANDO GRANDA