Sandra Bullock y Keanu Reeves: «Buf», suele ser la reacción. A mí me pareció muy interesante la idea de
La casa del lago, una pastelada
made in Hollywood, pero estupendo concepto el del portal en el tiempo dentro de un buzón.
Me puse a indagar y resultó ser una versión de una película surcoreana, conocida en el extranjero como
Il Mare. No se llegó a doblar al español, ni siquiera a subtitular, así que la tuve que ver en coreano, subtitulada en inglés, en
YouTube.
Eun-joo es una chica que vive en una casa construida sobre el mar, llamada
Il Mare. Cuando se marcha de allí para mudarse a otro lugar, le deja una postal de Navidad en el buzón al futuro inquilino para que le envíe a su nueva dirección las cartas que reciba a su nombre. Sin embargo, Sung-hyun cuando lee la postal se queda muy sorprendido porque allí nunca había vivido nadie antes y cree que le están gastando una broma, puesto que además la carta está fechada dos años más tarde. Comienzan a mantener correspondencia a través del buzón y se dan cuenta de que les separan dos años, él está en 1998 y ella en 2000.
Para los curiosos o los que hayan visto la versión americana, aquí van algunas diferencias entre ambas películas:
-Las dos casas están construidas sobre el agua, pero una en el mar y la otra, sobre un lago.
-Él es arquitecto como su padre en ambos films, pero Sandra Bullock es doctora y Jun Ji-hyun es dobladora de cine.
-La Dra. Kate Forster pierde un libro en la estación y Eun-joo pierde la grabadora y el chico al recuperarla en la estación, graba su voz antes de enviársela por el buzón. Sí, también pueden viajar cosas vivas a través de ese portal, porque ella le manda su pez para que se lo cuide.
-El novio de la doctora los pilla besándose en el pasado, cuando él va a buscarla. Eso no ocurre en la surcoreana. De hecho, no llegan a besarse en ningún momento de la historia, aunque están enamorados y es evidente.
-Él le propone a la doctora un paseo por la ciudad. La dobladora le propone a él ir al parque de atracciones (cada uno en su tiempo). Luego él a ella, un paseo, y le regala a través del buzón una botella de vino. «Las personas que beben vino son seres solitarios».
Iba a revelaros el final, que también es distinto, pero mejor os dejo con la intriga hasta que lo veáis vosotros mismos. Basada en la novela de Jiro Asada.
Existen tres cosas que no se pueden ocultar:
la tos, la pobreza y el amor.
Cuanto más se intentan esconder, más salen a la superficie.