Y quien dice cine, dice series... El pasado viernes retomé el ciclo Charla entre traductores, pero esta vez con el respaldo de la asociación ACE Traductores y CEDRO, ambas entidades a las que pertenezco. Desde 2013 a 2018, como ya sabéis los que seguís mis andanzas, creé y desarrollé el ciclo entre Madrid y Barcelona de forma independiente, y ahora lo coordinaré bajo el abrigo de ACEtt entre Calatayud y Zaragoza. Un ciclo que sigue con el objetivo de dar a conocer nuestra profesión al público general para que se reconozca la implicación e importancia de las traductoras y los traductores en la creación de libros en español, escritos originalmente en una lengua extranjera, pero con la novedad de celebrarse en lugares donde hasta ahora no habíamos hecho apenas actividades, además de contar con otros invitados.
El inicio de esta nueva etapa del ciclo tuvo lugar en el salón de actos de la Biblioteca de Calatayud, con muy buena acogida por parte de la localidad. Contamos con un público interesado en nuestra labor y muy participativo, así como la presencia de algunos concejales del Ayuntamiento que se acercaron a escucharnos y mostraron su apoyo a la iniciativa.
Raquel García Rojas ha sido la primera invitada que he elegido para abrir esta serie de charlas, porque me cautivó la serie de televisión Las flores perdidas de Alice Hart y descubrí que además había traducido la novela La tierra de los abetos puntiagudos de Sarah Orne Jewett, dos obras donde la naturaleza juega un papel muy importante en la historia y cuentan con un vocabulario específico que requiere una gran documentación. ¡Qué mejor tema para abrir el ciclo en una zona rural!
Tras las presentaciones de ambas traductoras, hablamos sobre la traducción literaria en general, dejando claro que cada traductor es un mundo: diferente combinación de idiomas, distintas especializaciones, variados métodos de trabajo... Y adelanté que en este ciclo iríamos viendo diversos perfiles, según el tema que abordáramos en la charla.
Raquel G. Rojas, por ejemplo, no tiene formación en traducción, está licenciada en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada, con un máster en Edición, y durante siete años fue editora de mesa en plantilla, además de correctora, así que por supuesto le pregunté cómo y por qué había dado el paso de convertirse en traductora editorial y audiovisual autónoma. Raquel también nos contó la diferencia entre el encargo de la traducción de una novela y el de una serie de televisión, y más adelante tuvimos ejemplos concretos de sus dos traducciones mencionadas anteriormente.
El verano acaba de empezar y a la localidad costera de Dunnet Landing llega una escritora en busca de un lugar tranquilo donde refugiarse del ajetreo de la ciudad y poner punto final a su libro. Allí alquila una habitación en casa de la señora Todd, una experta botánica que vende remedios caseros preparados con las plantas de su jardín y con la que entablará una profunda amistad. Ella será la encargada de introducirla en la vida social de una comunidad que parece discurrir aislada bajo la imponente presencia de los abetos a los que alude el título.Una novela escrita a finales del siglo XIX, por una autora de Maine, Estados Unidos, con historias de marineros y pescadores, ya que nos encontramos en un pueblo costero, pero también una riqueza de vocabulario herbario importante, debido a lo que se dedica la amiga de quien narra el libro, aderezado además con la fuerza de unas mujeres extraordinarias. En contraposición con la serie de TV, contextualizada en Australia (con actrices -Alicia Debnam-Carey, Asher Keddie, etc.-, guionista -Sarah Lambert- y director -Glendyn Ivin- australianos) y entre finales del siglo XX y principios del XXI. Este mismo mes os hablaremos con más detalle en mi podcast de la serie y el libro en el que está basada, Las flores perdidas de Alice Hart, donde la sororidad y el empoderamiento femenino también destacan.
La charla finalizó con un turno de preguntas muy activo por parte del público, que se quedó con ganas de más y quisieron saber cuándo sería la próxima sesión.
Nos vemos después del verano, para el Día Internacional de la Traducción, en Zaragoza. Ya he cerrado el tema, el lugar y los participantes, pero me lo guardo para desvelároslo más adelante. De momento nos quedamos con esta buena experiencia, que esperemos que se repita más de una vez.
Muchas gracias a todas las personas y entidades que hicieron posible esta primera charla y a quienes se acercaron a oírnos a las traductoras de esa tarde. Al igual que los lectores conocen el nombre de su escritor preferido, esperamos que con el tiempo conozcáis también el nombre de las traductoras que escriben esas palabras en vuestro idioma.