Por todos es bien conocida esta cualidad negativa que caracteriza al ser humano en mayor o menor medida, dependiendo del sujeto en cuestión. Un buen ejemplo cinematográfico que plasma el egoísmo humano es
Inteligencia artificial, donde el hombre crea un robot en forma de niño con capacidad para amar, con el fin de suplir las necesidades emocionales de unos padres que han perdido a su verdadero hijo. La revolución del mercado, se venderán como churros. Pero, ¿quién atenderá las necesidades de ese niño mecánico?
Han elegido a la familia de uno de los empleados de Cybertronics para probar al primer prototipo de David. Una vez marcada la impronta en el niño, ya no hay vuelta atrás, la máquina queda ligada a esa persona para siempre, la querrá para siempre. Si más tarde deciden no quedárselo, tendrán que devolverlo a Cybertronics para que lo destruyan.
El hijo real de esta familia está criogenizado, a la espera de su recuperación, pero no les han dado esperanzas, por lo que Mónica, la madre, decide quedarse con David. Todo va estupendamente, el niño parece de verdad, pero al cabo de un tiempo, el hijo se recupera y vuelve a casa. David pasa a un segundo plano y a pesar de que el hijo es el centro de atención, está algo celoso de su hermano máquina y empieza a decirle que haga cosas malas, apelando al chantaje emocional.
La situación empeora y los padres deciden devolverlo. Pero de camino a la empresa, Mónica no puede destruir a David y lo deja en un bosque con su superjuguete, Teddy. Esta última escena horrible recuerda mucho a los dueños que abandonan a sus mascotas en la carretera. David cree que va de excursión con su madre, que por fin van a tener un día a solas, pero ella le deja allí tirado, sin darle ninguna explicación. De hecho, si nos fijamos, la primera parte de la película se ve en muchos hogares, sino con un robot, con un animal. Al principio tienen a esa mascota para suplir unas necesidades emocionales y cuando se cansan, molesta o ya no les resulta cómodo tenerla, hay que sacarla de casa.
Otra escena realmente cruel es la Feria de la Carne. En el bosque David se encuentra con otros mecas abandonados y son capturados para su destrucción en un recinto tipo circo romano. Los mecas viejos, que ya no sirven para nada, son destruidos delante de todo el mundo. De nuevo vemos esa manía que tiene el hombre de creerse superior, que tal vez provenga del miedo a reconocer que es inferior, peor, en este caso, que las máquinas.
Inteligencia artificial fue una idea inicial de Kubrick, pero no pudo dirigirla por su fallecimiento, así que cayó en las manos de Spielberg, con guión de Ian Watson, que a su vez se basó en el relato
Los superjuguetes duran todo el verano de Brian Aldiss.