En mi último paseo con Copérnica |
Estaba ahí enfrente, presidiendo la plaza Lesseps, donde ahora está ese banco. Era el cine de lujo del barrio. Un cine de reestreno, de “selectos programas dobles”, como decían entonces, pero mucho más grande que el Mahón y el Rovira, con una platea enorme y escalinatas a la entrada; la cima de la Calle de los Cines. La Calle de los Cines era la Calle Salmerón, luego rebautizada como Gran de Gracia. Alguna gente del barrio, la de antes de la guerra, todavía la llama Salmerón. Desde Diagonal hasta la plaza Lesseps, en menos de un kilómetro, contaba con cuatro cines: el Miramar, el Mundial, el Proyecciones y el Selecto. Y siempre estaban llenos. En aquella época la gente iba muchísimo al cine, varias veces por semana. Yo me convertí en un adicto a finales de los cincuenta. Por esas fechas, mi padre consiguió una plaza en el Ayuntamiento, en la sección de higiene, como desratizador. Desratizaba cines y gracias a eso yo entraba gratis. Conocía a los porteros y a los acomodadores. Decía "Soc el fill d'en Marsé" y me dejaban pasar. Podéis seguir leyendo aquí.
Los relatos que más me gustaron fueron: Historia de detectives, donde una pandilla de chavales de Gracia se dedica a escoger a una persona y averiguar todo lo posible de ella siguiéndola y El vampiro de la Sagrada Familia, que os dejo averiguar a vosotros de lo que va, merece la pena echarle un poco de curiosidad al asunto.
Otro autor que escogí para el momento, fue, cómo no, Eduardo Mendoza. Sin noticias de Gurb es uno de los libros que más carcajadas me han sacado, con esos extraterrestres paseándose por la Barcelona de los 80. Se mencionaron otros libros como El misterio de la cripta embrujada o El tocador de señoras, pero quise destacar La ciudad de los prodigios, que aunque el tono es totalmente distinto nos ofrece una ciudad condal muy atractiva, la de finales del siglo XIX.
Lo que los ingleses llamaron época victoriana me dio pie para ceder la palabra a los amigos del Círculo Holmes que asistieron a la tertulia, Jaime que nos habló de Elemental, querido Watson de Marcel Miralles y Los secretos de San Gervasio de Carlos Pujol; y Sergio Colomino, el guionista del cómic Sherlock Holmes i la conspiració de Barcelona, nos habló de esta historia curiosa para los fans del detective de Conan Doyle, pero también para conocer un poco más sobre la situación social y política del momento, el contrastre entre la burguesía y el anarquismo, la bomba en el Liceo.
Mis aportaciones |
A colación de La sombra del viento, que comentó Mar, nos enteramos del cierre de la librería Canuda, a la que le quedan pocos meses de vida y sobre la que curiosamente se centra el artículo que ha salido publicado hoy en El País y en el que salimos comentando la jugada los asistentes a esta última tertulia, gracias a la fotógrafa que apareció en medio de la reunión.
Foto de Consuelo Bautista para El País |
Gracias a Pequod y a todos por vuestra asistencia.
¡Nos vemos en la próxima!
¡Nos vemos en la próxima!