30.4.18

Entrevista a Amelia Pérez de Villar

La octava sesión del ciclo Charla entre Traductores tuvo de invitada especial a Amelia Pérez de Villar, escritora y traductora literaria, a la que entrevisté sobre su carrera profesional y en concreto acerca de la traducción Parentesco, novela escrita por Octavia E. Butler y publicada por Capitán Swing.
En manos de Amelia han caído grandes clásicos de la literatura como Charles Dickens, Rudyard Kipling o, por ejemplo, Emily Brönte y sus Cumbres Borrascosas, un libro del que existen varias traducciones, por lo que tuvo que enfrentarse al texto con mucho respeto. Sin embargo, Parentesco es la primera vez que se traduce al español a pesar de estar escrito en 1979, pero hay que destacar que Octavia E. Butler es un peso pesado de la ciencia ficción, fue la primera escritora negra de este género en alcanzar fama internacional, y con esta historia nos lleva al sur de Estados Unidos en pleno siglo XIX para mostrarnos la situación de los esclavos, en particular la de las mujeres negras, y el impacto que supondría para alguien de nuestro tiempo aterrizar de pronto en esa época. 

Comentamos la traducción del título, el reto de diferenciar en español nigger de black, dado que no tenemos una palabra tan ofensiva para «negro» con la misma antigüedad; el dialecto del sur de Estados Unidos, la manera de hablar de los esclavos que se refleja en alguna escena del libro, y otras complicaciones con las se topó Amelia en este encargo. Nos dijo que, al igual que algunos de nosotros, no lee el texto original previamente, sino que lo ve por primera vez mientras traduce, así que los lectores se harán una idea de lo que sufrió nuestra invitada con ciertos pasajes de esta historia, y no me refiero a la complejidad lingüística en este caso, sino a la crueldad humana de unas personas frente a otras. 

Dana, la protagonista de Parentesco, es escritora, pero necesita tener un trabajo para pagar las facturas «en el que no tenga que usar el cerebro», como ella dice, que cuando termine su jornada, le deje con ganas de ponerse a escribir. El oficio de traductor literario precisamente no te permite tener el encefalograma plano y siendo Amelia también escritora, terminé la entrevista preguntándole cómo compaginaba ambas profesiones, porque lo cierto es que, ahora que lo he probado, no es nada fácil. 
Foto de Julia Gara Lecuona
Muchas gracias a Amelia por aceptar la invitación de participar en este ciclo y también mi agradecimiento a todos los asistentes que se acercaron a la Casa del Lector para escucharnos. 

23.4.18

Castillos en la literatura

Incluso en pleno verano, Tintagel era un lugar espectral; Igraine, esposa del duque Gorlois, contemplaba el mar desde el promontorio. Con la mirada clavada en la niebla y en la bruma, se preguntó cómo podría saber en qué momento la noche y el día duraban lo mismo, para poder celebrar la fiesta del Año Nuevo. Aquel año las tormentas de primavera habían sido inusualmente violentas; en el castillo, el estruendo del mar resonaba noche y día, sin dejar dormir ni a hombres ni a mujeres; hasta los perros aullaban lúgubremente.
Tintagel... había quienes aún creían que el castillo había sido edificado en los riscos del largo arrecife que penetraba en el mar, por la magia del antiguo pueblo de los Ys.
Maestra de magia, 1983
de Marion Zimmer Bradley
Traducción de Edith Zilli, 2000

El proyecto de fomento de la lectura por los pueblos de Calatayud, Lecturas Rurales, arrancó el 22 de abril con una primera sesión dedicada a los castillos en la literatura. La convocatoria reunió a diez mujeres de distintas edades y un niño de diez años que nos encandiló con su oratoria.
El lugar de celebración no podía ser más idóneo: el Hotel Castillo de Ateca, que nos cedió su salón, junto a un imponente cuadro medieval del arcángel Miguel, y tuvo la gentileza de invitarnos a bebidas y bizcocho.
Abrí la tertulia presentando brevemente mis traducciones El castillo de Gripsholm, de Tucholsky (Ediciones Nevsky) y Cazados, de Meagan Spooner (La Galera) para dar paso enseguida a los demás tertulianos. 
Nuria tenía claro desde hacía semanas qué libro iba a llevar: Los Cinco y el tesoro de la isla, de Enid Blyton. Traducción de Juan Ríos de la Rosa. Aunque por supuesto conozco esta famosa serie juvenil, he de admitir que no recordaba haber leído ninguno de los títulos, a pesar de haber más de uno por casa, y me sorprendió descubrir al personaje de Jorge, que prefería que la llamaran así en vez de Jorgina, porque a ella no le gustaba ser una niña. La edición que llevó Nuria es de los años 60, pero hay que tener en cuenta que este primer libro de la colección lo escribió la autora en 1942. El castillo protagonista está habitado por millares de conejos y volverá a aparecer en el segundo libro del que nos habló esta participante, Los Cinco otra vez en la isla de Kirrin, escrito en 1947.
Uno de los tertulianos más jóvenes, Juanjo, y único varón de los presentes ¿se animarán más chicos a las siguientes?—, nos habló de Arnaud, en tiempos de los castillos, de Brigitte Coppin. Traducción de Paz Barroso. Una preciosidad de libro ilustrado por Maurice Pommier y editado por SM en forma de diario sobre las vivencias de Arnaud en el castillo de Coucy, en 1390.
Jany, como buena fan de Harry Potter, nos enseñó la maravillosa edición ilustrada de las dos primeras novelas de la serie de J. K. Rowling, donde podemos ver el castillo de Hogwarts y deleitarnos del resto de preciosos dibujos de Jim Kay que hacen todavía más especial la historia editada en España por Salamandra. Traducción de Alicia Dellepiane (I), y Adolfo Muñoz García y
Nieves Martín Azofra (II).
Libros comentados durante la primera sesión de Lecturas Rurales

María, de la Asociación Carrabilla, con quien colaboro en Lecturas Rurales, nos habló de su elección, Leonor de Aquitania, de Patricia Kaufman. Traducción de Mercè Diago y Abel Debritt. Nacida en 1112, esta mujer histórica estuvo casada durante diez tormentosos años con Luis VII de Francia, un ferviente devoto que la obligó a ir a la Segunda Cruzada. La experiencia despertó en ella deseos de libertad e independencia, por lo que intentó anular ese matrimonio y casarse con un amor de juventud. No obstante, fue obligada a desposarse con Enrique II Plantagenet. En este escenario, luchó por sus derechos y los de sus hijos hasta su fallecimiento.
Elena, también de la Asociación Cultural Carrabilla, trajo dos libros con castillos aragoneses: A orillas del río Piedra me senté y lloré de Coelho, y Cuentos y relatos aragoneses, del que nos contó una de las historias de este segundo volumen de Salustiano Yanguas Hernández. Un libro que le hubiera gustado a Rafa Moyano del programa Esta es la nuestra en Aragón Radio, quien me preguntó en la entrevista del pasado viernes precisamente si se hablaría de algún castillo aragonés y mencionó a propósito el libro de su compañero Luis Zueco, que seguro que podría haberse incluido en esta tertulia. 
Y por último, pero no por ello menos importante, Sonia, una participante que junto a Nuria vino de Soria, nos habló de Castillos en el aire, de Ángel Lorenzo Celorrio, relatos sobre las experiencias de un bombero en algunas fortalezas de Soria.
Para finalizar, llenando el hueco de las otras tres asistentes que nos acompañaron pero prefirieron permanecer oyentes, saqué dos libros que llevaba de comodín: El fantasma de Canterville, de Oscar Wilde (Colección Tus Libros de Anaya. Traducción de José María Courel) y Dentro del laberinto, de A.C.H. Smith, traducido por la que suscribe y que los habitantes del Laberinto conocéis de sobra.

Muchas gracias a todos los asistentes y 
al Hotel Castillo de Ateca por su buena acogida
Espero que os animéis a participar en la próxima sesión que tendrá lugar en julio. ¡Atentos al tema!
¡Feliz Día del Libro!

12.4.18

La nueva Bella y Bestia

Meagan Spooner, a la que ya traduje en la trilogía Atados, ha escrito una nueva versión del cuento LA BELLA Y LA BESTIA, Hunted, que este mes ha salido a la venta en librerías españolas bajo el título CAZADOS.

Bella conoce el bosque de la Bestia como nadie. A pesar de haberse criado lejos de la cabaña de su padre, con la élite aristocrática de la ciudad, Bella sabe que el bosque guarda muchos secretos, y que su padre es el único que ha estado cerca de descubrirlos. Así que cuando este pierde su fortuna, y Bella y sus hermanas se mudan a las afueras del pueblo, ella se alegra. Allí no tiene la presión de quedar bien con los nobles, ni de casarse con un hombre rico. Sin embargo, cuando su padre desaparece en el bosque, Bella toma la determinación de encontrar a la criatura con la que él estaba obsesionado y se adentra en el territorio de la Bestia: un valle maldito, un castillo en ruinas y un mundo de criaturas que solo perviven en los cuentos de hadas. Un universo que le puede traer tanto la ruina como la salvación. ¿Quién sobrevivirá: la Bella o la Bestia?

De esta novela destaco especialmente el contexto ruso medieval y las referencias a la mitología eslava como Baba Yaga, las rusalkas o los leshys. En cuanto Yeva (nuestra Bella) entra en el territorio encantado de la Bestia, el cuento se vuelve muchísimo más atractivo. Por otro lado, la escritora nos confiesa en la nota del final que es su libro más autobiográfico, por esa sensación que arrastra toda la historia la protagonista de descontento, de no sentirse completa, hasta por fin dar con su camino.

Ilustración de Brent Hollowell
A veces cuando se habla de este cuento se ve a la chica como una víctima y al animal como el maltratador, pero en esta novela son dos personas con conflictos internos que juegan ambos papeles. ¿Habías interpretado alguna vez así este relato? A mí personalmente me parece una perspectiva muy interesante, cómo se ayudan el uno al otro en la búsqueda del Pájaro de Fuego, que no sé si os acordáis pero también lo mencionaban en Atados.

En cuanto a la traducción, uno de los principales problemas fue la ausencia de género en inglés y cómo trasladarlo al español. «Bestia» en nuestro idioma es un sustantivo femenino, pero claramente este personaje es masculino. Al final, decidí referirme a la bestia con adjetivos femeninos cuando se trataba de it (el animal) y hablar de él cuando en el original usaban he o him (el humano hechizado). Este mismo problema lo tuve con el juego de palabras hunter/hunted y por eso al final optamos por titular la novela CAZADOS, pues se refiere a ambos personajes, a la chica y al príncipe encantado. Como os podréis imaginar, disfruté mucho documentándome sobre las criaturas mitológicas eslavas, que le dan un aire magnífico de magia y misterio a la historia.

Spooner, Meagan. Cazados (Hunted, 2017). La Galera: Barcelona, 2018. Traducción de Noemí Risco Mateo.

2.4.18

De margaritas, alondras y recortes de papel

En el Laberinto recordamos un año más a Hans Christian Andersen el día de su nacimiento. El cuento escogido para 2018 es uno de los no tan famosos: La margarita (Gåseurten, título original en danés), publicado en 1838 en una colección de relatos donde se incluía El soldadito de plomo y Los cisnes salvajes.
Aquí narra la historia de una flor que disfruta de la naturaleza que la rodea hasta que llegan unos niños, atrapan una alondra que el día anterior cantaba alegre a su alrededor y, para animar la jaula del pájaro, cortan el trozo de hierba donde se encuentra la margarita y la meten dentro de la prisión. El egoísmo y la ignorancia de los niños harán que dejen el ave encerrada sin agua y a la mañana siguiente se la encontrarán muerta. La flor acompaña a la alondra durante toda la noche, siendo testigo de su desgracia, sin poder hacer nada, tan sólo despidiendo más fragancia de la habitual para tratar de consolar al pájaro en sus últimos momentos. Los niños lloran al descubrir lo que le ha pasado a la alondra, a la que entierran en una bonita caja adornada con flores, y tiran el trozo de tierra a la calle, sin pensar en el sufrimiento de la pobre margarita, a la que también le quedan pocas horas de vida y ha estado padeciendo por el pájaro toda la noche.

Aparte del tradicional cuento que comparto con vosotros cada año —triste, como nos tiene acostumbrados el autor, pero a la vez impregnado de crítica—, también quería enseñaros una curiosidad sobre el escritor que descubrí gracias al libro Diálogos con la luna, publicado en la colección Centellas de Olañeta. Los cuentos no me gustaron demasiado, pero sí las imágenes que los acompañan. Andersen además de ser conocido en todo el mundo por sus historias, también tenía un don como artista plástico. Dibujaba, pero se le recuerda especialmente por sus recortes de papel, lo que yo llamaba en mi infancia «mantelitos». Mientras contaba historias para amenizar las cenas y fiestas a las que le invitaban, muchas veces iba recortando figuras en papel, de las que se conservan unas 250. Algunas de ellas pueden verse en la obra que cito en español y otras las podéis admirar en este libro en inglés, The Amazing Paper Cuttings of Hans Christian Andersen.
Para leer sobre los cuentos de Andersen que he elegido otros 2 de abril, clicad en este enlace.
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