23.10.16

Del enebro

Oí hablar por primera vez de este cuento de los hermanos Grimm en una canción de Caprice, Kywitt! Kywitt!, y poco después descubriría que la editorial Jekyll & Jill lo había publicado en una bonita edición ilustrada por Alejandra Acosta y traducida por Jessica Aliaga Lavrijsen. Cuatro años más tarde por fin he podido disfrutar de su lectura, que además incluye el texto original en Plattdeutsch (bajo alemán).
Hace ya mucho tiempo, como unos dos mil años, vivía un hombre rico que tenía una mujer bella y piadosa. Se amaban mucho, pero no tenían hijos, a pesar de lo mucho que los deseaban; y la esposa rezaba día y noche, pero ninguno llegaba, ninguno llegaba. Frente a su casa había un patio, y en él crecía un enebro, bajo el que la mujer, en un día de invierno, pelaba una manzana y, al pelar la manzana, se cortó en un dedo, y la sangre cayó sobre la nieve. «¡Ay!», exclamó la mujer, dando un respingo, y, al ver la sangre, le entró una gran melancolía: «¡ojalá tuviera un hijo, tan rojo como la sangre y tan blanco como la nieve!». Al decir estas palabras, sintió de pronto en su interior una extraña alegría, teniendo el presentimiento de que iba a ocurrir.

Nos encontramos ante un relato breve, tétrico, con una gran dosis de crueldad,
sin que falte el canibalismo, típico ingrediente de los cuentos populares de antaño. Esta obra, no sólo es especial por la historia que cuenta, sino por lo cuidada que es su edición: una cubierta preciosa que presagia lo que hallaremos en su interior, una fuente y un papel elegidos que hacen la lectura sumamente agradable, y al final la sorpresa de un taumatropo, un juguete óptico inventado en la época victoriana, que al girarlo da la sensación de ver la imagen en movimiento. No me sorprende que recibiera el premio al mejor libro editado en Aragón 2012. Un regalo maravilloso para los amantes de los cuentos, el romanticismo de los libros en papel y el buen hacer.

Min Moder de mi schlacht't.
Min Vater de mi att,
Min Swester de Marleenken
Söcht alle mine Beeniken,
Un bindt sie in een syden Dook
Legts unner den Machendelboom.
Kywitt! Kywitt! Ach watt en schön Vagel bin ich!

22.10.16

Festival Niebla Salamanca

Este año hemos podido disfrutar de la primera edición del festival de fantasía, terror y ciencia ficción NIEBLA, en Salamanca, organizado por la Asociación Autores Anónimos (Pablo Bueno, Raúl Martín y Antonio Rodríguez a la cabeza), con el apoyo del Ayuntamiento y la Diputación.
El 30 de septiembre por la tarde se celebró la inauguración en el Teatro Liceo, un lugar muy especial, donde tuve la suerte de abrir las actividades con la charla El oficio de la traducción de género en España, acompañada de Cristina Macía, traductora de Juego de Tronos, y Nieves Martín, traductora de Harry Potter. Manuel de los Reyes y Pilar Ramírez iban a estar también con nosotras, pero al final no pudieron asistir, aunque aproveché las preguntas que Manuel había preparado: ¿Os molesta que os conozcan sólo por vuestras traducciones más famosas? ¿Ha influido esta popularidad en vuestra relación con las editoriales, con los escritores o los lectores? Fueron algunas de las planteadas.
El teatro hasta los topes en la charla de traducción
Después me quedé a ver a Ian Watson que estuvo hablando de su experiencia como escritor de ciencia ficción, de sus viajes y su participación como guionista
Pablo Bueno, Ian Watson y Cristina Macía
de la película Inteligencia Artificial. Le siguió Ken Liu, pero tendría que esperar al día siguiente para oírle porque me fui a la librería Letras Corsarias donde Celia Filipetto también estaba hablando de traducción y es que el 30 de septiembre es el Día de Traductor y se juntaron varias actividades interesantes. Llegué tarde, pero al menos pude encontrarme con varios colegas de profesión como Carlos Fortea, Claudia Toda y Belén Santana, en una librería estupenda.
Al día siguiente, desayuné con Carlos Sisí y una pareja de amigos suyos muy
Mesa redonda sobre distopías
simpáticos, con los que estuve hablando de novelas y relatos de Stephen King, y poco después empezó la mesa redonda, en la que también participaba, Distopía, ¿la ciencia ficción de moda?, con Mariano Villarreal, Álex Hinojo, Ricard Ruíz, El Geek Furioso, Antonio Rodríguez (moderador). 
Y esta vez sí me quedé a escuchar al escritor Ken Liu, hablando de su trabajo como traductor del chino. Me sorprendió muchísimo que transforme los textos que traduce, que cambie incluso párrafos o escenas enteras. Eso sí, con el permiso del autor, que siempre es amigo suyo y trabajan juntos el texto. De hecho, nunca se había planteado traducir hasta que un amigo escritor chino se lo propuso.
No cree que el traductor tenga que ser invisible, opina que se debe notar que es una traducción, que no se ha podido trasladar tal cual. Pero supongo que siempre desde la perspectiva chino-inglés, puesto que son culturas muy distintas y a veces el traductor puede encontrarse con abismos infranqueables. «En traducción siempre se habla de lo que se pierde del texto original. Pero deberíamos tener en cuenta lo que se gana». Una charla realmente interesante, que seguí con él en privado, gracias a Elias (Odo), minutos antes de marcharme de Niebla.
Un programa fantástico, una organización estupenda y una acogida del diez.

¡Muchas gracias por invitarme y espero que este festival cumpla muchos más años!

19.10.16

Kein Kinderspiel!

Hace ya varios años que a finales de verano el Arbeitskreis für Jugendliteratur (el IBBY de Alemania), en colaboración con la Robert Bosch Stiftung, organiza unas jornadas de traducción sobre literatura infantil y juvenil en la Elsa Brändström Haus, situada en Hamburgo. Pueden solicitar la beca (que incluye estancia, participación en el taller y otras actividades relacionadas, comida y transporte) traductores profesionales de todo el mundo que tengan publicados al menos dos títulos de LIJ alemana en su lengua de llegada. Esta beca la conceden a tan sólo 15 personas por año y en 2016 he tenido la suerte de ser una de las seleccionadas.
Los participantes del Kein Kinderspiel! 2016
Las mañanas, durante toda la semana que duraron las jornadas, estaban dedicadas a un taller con Tobias Scheffel, reconocido traductor literario alemán del francés, donde hablamos de las dificultades con las que nos habíamos encontrado en nuestras traducciones ya publicadas y también trabajamos textos nuevos. ¿Hasta qué punto debemos tener en cuenta como traductores los conocimientos de los lectores jóvenes? ¿Debemos adaptar un texto para que les resulte más fácil la lectura o habría que transmitir exactamente lo que ha escrito el autor en el original? ¿Cómo nos enfrentamos a las palabras inventadas? ¿Cómo tratamos los nombres propios en literatura infantil y juvenil? Fueron algunas de las preguntas planteadas y también vimos cómo resolver ciertos juegos de palabras y las famosas rimas que están tan presentes en los libros para los más pequeños.
Uno de los textos trabajados
Las tardes se llenaron de visitas literarias por la ciudad, contacto con escritoras, editoras que nos hablaron del libro en Alemania y las tendencias editoriales actuales, traductoras representantes de asociaciones de traductores literarios, bibliotecarias, guías de museos... Desde luego las mujeres estuvieron muy presentes estos días.
Tuvimos la oportunidad de hablar con un par de escritoras a las que habíamos traducido por la mañana: Stefanie Taschinski, autora de Die kleine Dame (una serie de libros infantiles muy dulces) y Kirsten Fuchs, autora de Mädchen-meute (una novela juvenil plagada de lenguaje coloquial muy útil para este taller). Y hubo un momento maravilloso en el que todos los participantes leímos en nuestro idioma el mismo fragmento de sus obras. Increíble oírlo en alemán, croata, ruso, italiano, chino, sueco, lituano, eslovaco, rumano, serbio, turco, esloveno, portugués, tailandés y español. Las escritoras quedaron encantadas.
Novelas, antologías y revistas LIJ que me regalaron
Una visita interesante fue al Museo de Altona, donde vimos varias exposiciones en la Casa del Libro Infantil de Hamburgo y tuvimos un encuentro con el club de lectura Reading Teens, chavales de 11 a 17 años, que nos hablaron de las actividades que realizan, sus autores o libros preferidos y también nos hicieron preguntas sobre nuestra profesión. Para rematar ese día, nos lo dejaron libre y unas cuantas nos fuimos a cenar por Hamburgo. Me encantó su Pannfisch.
Una experiencia estupenda que recomiendo a todo traductor de literatura juvenil que trabaje con la lengua alemana. Un intercambio de conocimientos entre profesionales muy útil, en un entorno precioso.
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