Peter, Thomas, Arvid y Otto son cuatro chicos swing de Hamburgo a los que les gusta disfrutar de la música e ignoran el espíritu patriótico que invade las calles de Alemania en 1939, ante la subida al poder de Hitler y el movimiento nazi.

Conforme avanza la historia, vamos viendo que los miembros del grupo van cambiando según les afecta el nazismo. Peter demuestra ser el más fuerte y con valores más definidos; a pesar de su juventud y la presión que tiene encima, a pesar del miedo más que justificado, se mantendrá firme hasta el final porque, él sabe quiénes son sus amigos.
Curiosidad: Kenneth Branagh (Herr Knopp) no aparece en los créditos porque no quiso quitarles protagonismo a los jóvenes Robert Sean Leonard y Christian Bale, aunque yo no lo acabo de comprender.
SWING HEIL!
Los chicos swing (en alemán, Swingjugend) fue un grupo de amantes del jazz y el swing en la Alemania de los años treinta, que apareció principalmente en Hamburgo y Berlín y evolucionó hacia un rechazo no violento al nacionalsocialismo. Estaba compuesto por adolescentes de 14 a 18 años, de clase media alta, pero también había de clase trabajadora. Se fijaban en el modo de vida británico y americano y se definían como lo opuesto a la ideología nacionalsocialista. El régimen pretendió atraer a los jóvenes a sus filas de las Juventudes Hitlerianas con música regional alemana, puesto que el swing lo veían como una degeneración, música de negros y judíos, no propia de la raza aria; pero no lo consiguieron, pues las salas de baile cada vez se llenaban más de chicos swing. Sin embargo, pertenecer a este movimiento se convirtió en algo muy peligroso a finales de la década y en 1941 arrestaron a más de trescientos, a los que les cortaron el pelo, los enviaron al colegio bajo extrema vigilancia o incluso a los líderes los enviaron a campos de concentración.
Cuando vi por primera vez Rebeldes del Swing lloré en casa al final como una magdalena. La segunda vez fue cuando mi profesora de Historia del Mundo Contemporáneo en COU nos la puso en clase y... volvieron las ganas de llorar, aunque intenté reprimir las lágrimas, pero al mirar a mi alrededor, todos mis compañeros tenían vidriosos los ojos y un nudo en la garganta. Es una película que no te deja indiferente y te hace plantearte muchas cuestiones.
Aún más en días como hoy, en los que el futuro próximo está en nuestras manos, días como hoy en los que sales a votar por lo que crees que será mejor para todos, lo que crees que te defraudará menos, lo que crees que no te hará perder tus derechos...