Resolver el laberinto se suponía que era el final. No más pruebas, no más huidas. Thomas creía que salir significaba que todos recobrarían sus vidas, pero ninguno sabía a qué clase de vida estaban volviendo. Árida y carbonizada, gran parte de la tierra es un territorio inservible. El sol abrasa, los gobiernos han caído y una misteriosa enfermedad se ha ido apoderando poco a poco de la gente. Sus causas son desconocidas; su resultado, la locura.
En un lugar infestado de miseria y ruina, y por donde la gente ha enloquecido y deambula en busca de víctimas, Thomas conoce a una chica, Brenda, que asegura haber contraído la enfermedad y estar a punto de sucumbir a sus efectos. Entretanto, Teresa ha desaparecido, la organización CRUEL les ha dejado un mensaje, un misterioso chico ha llegado y alguien ha tatuado unas palabras en los cuellos de los clarianos. La de Minho dice «el líder»; la de Thomas, «el que debe ser asesinado».
Si os gustó la primera parte en el Laberinto, Las pruebas os llevará a través de La Quemadura con Thomas y sus amigos en busca de respuestas.
Con esta traducción comienza una nueva costumbre en mi proceso de trabajo. Ahora los libros llevarán una banda sonora añadida y, de ese modo, los lectores podrán escucharla si les apetece ponerse un poquito en mi piel y compartir esos momentos en los que me metí en la historia.
Casi todo el viaje de Thomas y el resto de clarianos a través de La Quemadura (por cierto, me quemé en la mano durante esta traducción) sonó Iron Maiden. En julio asistí al Sonisphere y estaba calentando motores para el concierto. Así que coged cualquier álbum de este grupo y a disfrutarlo. Para los que no dispongan de su extensa discografía, clicad en este enlace a Grooveshark y será suficiente para esas casi 500 páginas.
Sin revelar más detalles de la novela, sí os recomendaré que escuchéis Breathe de The Prodigy cuando están en la discoteca y me contéis cómo habéis vivido la escena.
Dashner, James. Las pruebas (The Scorch Trials, 2010). Nocturna Ediciones: Madrid, 2011. Traducción: Noemí Risco Mateo.