20.4.11

La Casa del Ángel de la Guarda

Los títulos de la colección Bambú Vivencias que he traducido son historias preciosas de niñas reales que pasaron por tiempos difíciles, pero lograron un bonito final.
La Casa del Ángel de la Guarda está escrita por la hija y sobrina de las protagonistas de esta novela.

Cuando en 1944 la situación de los judíos empeora en Budapest, la tía Isi lleva a Susan y Vera a un convento de las Hermanas de la Caridad, conocido por el nombre de La Casa del Ángel de la Guarda, debido a la ayuda que prestaban a los desamparados, en especial a los niños.

Al principio será un poco difícil para Susan y Vera convivir en un lugar desconocido, sin su familia, donde hay una mujeres con vestidos extraños y unos tocados con «alas» en la cabeza, que además comparten una religión distinta a la suya. Pero las niñas no tardarán en hacer amigas, poco a poco se irán integrando en la rutina del convento, que también les ayudará a aliviar sus preocupaciones, y veremos cómo conviven ambas religiones.

Susan entabla una estrecha amistad con una de las monjas, la hermana Agnes, quien le facilita papel para que pueda expresar sus sentimientos a través del dibujo. Susan también descubrirá gracias a esta mujer que le gusta trabajar en el jardín y en especial en un huerto que cultivarán las dos juntas.

Pero una noche, los nazis irrumpen en el convento tras enterarse de que allí esconden niñas judías, y Susan, Vera y la hermana Agnes son las últimas en salir hacia el refugio al que van cada vez que están en peligro. La monja se queda para entretener a los soldados y les dice a las niñas que vayan delante, pero las pequeñas tienen miedo de salir solas en plena noche. La hermana Agnes las tranquilizará al decirles que no están solas, pues sus ángeles de la guarda siempre las acompañan.

Tras una serie de dramáticos sucesos, Susan y Vera por fin regresarán con sus padres para empezar una nueva vida después de la retirada de los nazis.

Clark, Kathy. La Casa del Ángel de la Guarda (Guardian Angel House, 2010). Bambú: Barcelona, 2011. Traducción: Noemí Risco Mateo.

15.4.11

La cueva de la luna

Este libro tiene una historia muy especial. A los trece años lo cogí en la biblioteca del colegio donde estudié los últimos dos cursos de EGB. Me atrapó desde el primer momento, pero con los años olvidé su título. En cambio, sí me acordaba de la portada y del argumento. Cuando apareció Internet, intenté buscarlo sin éxito en Google. Pero no fue hasta unos dieciocho años después de aquel momento en que cayó en mis manos en la biblioteca, cuando volvió a mí. Gracias a Facebook, me encontré con una amiga de aquel colegio, que no veía hacía muchos años, y que recordaba haber leído también dicha novela. Después de ponernos un poco al día, empezamos a hablar del libro, que por lo visto le había enganchado igual que a mí. En aquel instante no recordaba tampoco el título, pero al refrescarle el argumento, de pronto dijo: "La cueva de la luna". Lo escribí en Google y apareció la portada que tantos años había guardado en mi memoria. ¡Sí, era ese! Enseguida me puse a buscarlo y en una librería de viejo di con la misma edición que había leído hacía tanto tiempo. ¿Sería el mismo ejemplar de aquella biblioteca? Gracias, Raquel, por recordarme el título porque de esa manera he podido revivir aquella magnífica historia donde se mezcla presente y pasado. En cierto modo, como nuestro hallazgo.
Hay otros mundos, pero están en este.

Eluard


Georgina Browning viaja a Inglaterra para cuidar de la nieta del mayor Godliman en una gran mansión cerca de Brighton. El hombre le advierte del carácter travieso de la niña, le prohíbe entrar en una habitación museo que hay en el primer piso y le avisa de que en la casa no hay electricidad ni teléfono. A Georgina todo aquello le parece un tanto raro, pero acepta el trabajo porque a su amiga Brenda, la que siempre cuida de Eleanor, le ha surgido un imprevisto de última hora y no puede hacerse cargo de la niña. Pero cuando la señorita Browning llega a la mansión, tiene unas cuantas experiencias extrañas, que harán que su visita a Green House sea inolvidable.
Mayoral, Juana Aurora. La cueva de la luna. Bruño: Madrid, 1989.

6.4.11

Andersen y Danny Kaye

El pasado 2 de abril fue el aniversario del nacimiento de uno de los grandes escritores de cuentos para niños, Hans Christian Andersen, que tal vez fue uno de los primeros autores de los que yo oí hablar. De pequeña mi abuela me leyó La caja de cerillas, también conocido como La vendedora de fósforos, y Las flores de la niña Ida. Recuerdo con cariño, y más de alguna vez lo menciono, La princesa y el guisante. ¿Cuántas de vosotras no notasteis también aquel diminuto vegetal debajo de vuestro colchón?
¿Quién no ha oído hablar de La Sirenita o de Los zapatos rojos? Además, tenía muchísimos cuentos de duendes y otras criaturas del mismo reino: El duendecillo y la mujer, El elfo del rosal, La dríade... por mencionar algunos.
Cuando aún teníamos VIPS en Barcelona, adquirí un tesoro que guardo en mi biblioteca particular, The Complete Hans Christian Andersen Fairy Tales, una obra magnífica que reúne todos los cuentos del escritor, acompañados de sesenta ilustraciones de artistas como Arthur Rackham o Vilhelm Pedersen.

Al cine y la televisión también se llevaron muchas de sus obras, pero una película en concreto nos hablaba de su vida. Su personaje lo interpretó Danny Kaye y, aunque yo no son muy amiga de los musicales, este actor siempre me ha gustado (aún recuerdo el ciclo que dieron de él en la 2 cuando era niña, ¡me lo tragué entero!). Además de sus Óscars, Emmy y Globos de Oro, fue un destacado humanitario y pacifista.

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