
Las temperaturas bajan, los días se acortan y nos apetece más coger un buen libro, acompañarlo de un buen té u otra infusión (si se dispone de chimenea, ya es el súmmun) y acurrucarnos en el sofá bajo una manta donde disfrutar de la historia. Si a eso le añadimos un gato encima o al lado, ¿qué más se puede pedir?
Estoy acabándome de leer
El país pequeño de Charles de Lint y me está resultando muy interesante. Ahora la fantasía además de hacerme disfrutar como habitualmente compensa una traducción sobre la invasión nazi en Hungría. Y ya que estamos, pues nos damos un caprichito que encontré a buen precio,
El mundo de las hadas de Beatrice Phillpotts. En este bonito libro podemos encontrar el origen de las hadas, referencias de estos seres en la literatura, tipos de criaturas feéricas, algunas famosas y otras no tanto, y numerosas ilustraciones de ensueño de distintos artistas, entre ellos: Alan Lee, Brian Froud, Richard Doyle, A. Rackham o Edmund Dulac.
Pero en esta época también queda tiempo para encontrarse con los amigos y redescubrir tu ciudad. Tal fue el caso del pasado fin de semana, en el que disfruté de un delicioso desayuno en Cup & Cake, y más tarde en Chaj Chai de un té blanco Brotes de

Nieve, procedente del Nepal, acompañado de un pastelito hindú, que me recordó a un panellet de coco, pero con un ligero toque de canela y alguna que otra especia.
¡Gracias, chicas, por el sábado pasado, estuvo genial! Más risas y charla próximamente.