En marzo de este año se cumplían veinticinco años desde que Laura Palmer le dijo al agente Cooper que se volverían a encontrar, y qué mejor forma de celebrarlo que con una tertulia sobre la serie. Pero además el 22 de marzo coincidía también con el cumpleaños de Angelo Badalamenti, el compositor de la banda sonora que, seamos o no seguidores de Twin Peaks, todos recordaremos.
Cartel oficial del encuentro |
Una muestra de la colección de Javier J. Valencia |
Ingredientes de la tarta de cereza |
Para ser el primer intento, creo que no quedó mal.
O eso dijo el agente Cooper ;)
Tienen allí una tarta de cereza de muerte |
Mapa de entrada a la Logia Negra |
Esta primera parte de la tertulia se centró en la exposición de Javier J. Valencia, que nos contó algunos detalles de lo que había traído y muchas curiosidades sobre el rodaje, el guión, escenas que no aparecieron y otras que tenían pensadas para una futura tercera temporada. De entre los cuarenta asistentes, muchos fueron los que sólo escucharon, -tal vez tímidos, había muchas caras nuevas-, no obstante hubo un diálogo muy ameno con los redactores de El pájaro burlón, una web sobre cine, cómics, libros y televisión.
Como traductora, he decidido incluir en todas las actividades que organizo -en mayor o menor medida- algún apunte sobre mi profesión y no podía dejar de mencionar la traducción para el doblaje de Twin Peaks, donde llegaron a inventarse frases enteras. ¿Por qué? Creo que fue en tercero de carrera cuando vino a darnos una charla a la facultad un traductor audiovisual que hacía también de ajustador. Nos contó que muchas veces no le daban el guión, sino que tenía que extraer los diálogos por lo que oía en la cinta que le pasaban. Terminaba comprándose un reproductor de vídeo ¡cada dos o tres meses porque quemaba los cabezales de tanto rebobinar! Tal vez fue esto lo que sucedió en frases como:
VO: To Laura!
VT: ¡Por el mañana!
Encontré muchos más fallos que ocuparían un par de páginas, pero no me extenderé. Me molestaron especialmente: «Perdone, qué café tan bueno». ¿Por qué pide disculpas? En inglés ese perdón tiene sentido por el damn coffee, pero ¿aquí?
O cuando Ben Horne se encuentra sin saberlo con su hija en Jack el Tuerto y cita al lobo de los Tres cerditos, pero en español se inventan toda la escena diciendo otras palabras. Sin embargo, en mi opinión, lo peor fue cuando el mayor Briggs le dice al agente Cooper: «¿Ha oído hablar de la Casa Blanca?» ¡Ah! ¿Se refiere a ese sitio donde vive el presidente de nuestro país? ¿A quién se le ocurre traducir así la White Lodge?
¡Mande! Eso no ha sido lo que usted ha dicho en VO |
Tras una pausa para comer la tarta de cereza y ver la escena más votada en el muro del evento en FB, el sueño de Cooper, di paso a la segunda parte del encuentro y presenté al invitado de honor de esta tertulia -no offense, Javier ^^-, el LEÑO, que nos honró con su presencia para que le hiciéramos preguntas sobre la parte extraña de Twin Peaks, lo más místico y surrealista. ¿Por qué desparecieron Phillip Jeffries y Chester Desmond? ¿Qué ocurre cuando Cooper se ve reflejado en la cámara del pasillo cuando aparece Jeffries de repente? ¿Qué representa el anillo que pasa de Teresa Banks a otros personajes, incluido el enano? ¿Quiénes son la vieja y el niño que vio Donna? ¿Por qué les tiembla la mano a algunos personajes? ¿Qué ha pasado con Josie?
Y sí, todo podría ser una metáfora del bien y el mal, que Laura Palmer sufriera abusos desde los doce años, que Leland estuviera mal de la cabeza y que el pueblo hubiera caído sumido en las drogas -como apunta el agente Albert Rosenfield, por allí «habían comido setas»-, pero me gusta pensar en la existencia de esas logias y todos los personajes del Otro Lado.
Con El Pájaro Burlón, el leño y una parte de la Logia Blanca |
Muchas gracias a todos por vuestra asistencia. Gracias en especial a Javier J. Valencia por llevar al encuentro esa magnífica exposición y sus conocimientos sobre Twin Peaks. Gracias también al Café Salambó por ceder su espacio; estuvo genial celebrarlo allí y espero repetir algún día. Y por último, una vez más, gracias a Pequod Llibres, por hacer de mediadores y el apoyo al encuentro.
Momento del encuentro |