No voy a colocar ninguna imagen de la película porque me ha sido imposible encontrar lo que yo quería: alguna de las escenas donde los animales campaban a sus anchas por la ciudad, ya fuera en el futuro o en 1996. Si dais con alguna de las jirafas paseándose por la autopista, el tigre bajando las escaleras de algún edificio del gobierno, el león o el oso rugiendo entre el asfalto, por favor, enviádmela.
12 monos puede parecer una paranoia sin sentido para algunos, pero para otros, entre los que me incluyo, es una magnífica obra de arte de Terry Gilliam.
Estamos en 2035, un virus letal ha acabado con la mayoría de la humanidad y los pocos supervivientes ahora tienen que vivir bajo tierra, en refugios sellados para mantenerse alejados de la terrible plaga. La superficie del planeta se ha librado del hombre y ahora la Tierra es de los animales y las plantas.
Cole (Bruce Willis) es un preso al que le ofrecen el indulto a cambio de viajar en el tiempo para recoger pruebas y poder acabar con el virus. En el futuro no tienen los datos exactos de cómo empezó todo, pero sí saben que está implicado un grupo llamado el ejército de los 12 monos. La primera vez le envían al año equivocado y lo ingresan en un psiquiátrico, donde conocerá a Jeffrey Goines (Brad Pitt), el hijo de un virólogo, que está en contra de los experimentos que realiza su padre con animales y que casualmente es el cabecilla de los 12 monos, pero eso el protagonista no lo sabrá hasta más adelante, cuando haga otros viajes en el tiempo y se vaya desentrañando la trama.
Es una película, como casi todas las historias de viajes en el tiempo, llena de paradojas, pero tal vez aquí hay más de a las que estamos acostumbrados y por eso se hace en ocasiones difícil su comprensión. Cole a lo largo de toda la película tiene un sueño en el que un niño ve cómo matan a un hombre en un aeropuerto y ve a una mujer que intenta impedirlo. Esos personajes se irán cruzando en su realidad porque es una realidad ya vivida que se va modificando ligeramente por sus intervenciones, pero sin llegar a poder cambiar el producto final.
El futuro ya es historia.
Si queréis saber un poco más sobre estas paradojas y su explicación, clicad
aquí; eso sí, está en inglés. Para enterarse bien de la película, recomiendo verla varias veces, porque con cada visionado se descubren nuevos detalles que va procesando nuestra lenta mente humana.