30.1.07

Domingo, tarde de cine

El pasado domingo vi dos películas que me gustaron mucho y a pesar de ser muy distintas, las dos trataban el tema de la muerte y el amor.

Dragonfly o La sombra de la libélula.
Al verla me recordó mucho a Más allá de los sueños, una magnífica película con Robin Williams que también trata la vida después de la muerte. Os la recomiendo.
Cuando muere un ser querido, ¿se va para siempre? El jefe de urgencias del Chicago Memorial Hospital, el Dr. Joe Darrow es un respetado experto en traumatología. Pero su dilatada experiencia profesional no le sirve de mucho cuando su mujer muere trágicamente. Emily Darrow, que también era médico, se encontraba de misión cuando falleció en accidente de autobús en una carretera de montaña de Venezuela. Seis meses después de su muerte, el cuerpo de Emily sigue sin aparecer y Joe está tan hundido que se ha aislado del mundo. Todo le recuerda a Emily, especialmente las libélulas, el amuleto personal de la joven debido a una marca de nacimiento que tenía en el hombro. La extraña forma empieza a aparecer en otros contextos, en todo lo que rodea a Joe. Parece decirle que debe mirar más allá de lo que tiene ante los ojos si quiere encontrar la respuesta a sus preguntas. De hecho, estas preguntas incomodan a todo el mundo, salvo a la hermana Madeline, una monja católica que ha estudiado las oscuras profundidades de las experiencias próximas a la muerte. Mientras los demás le dicen que tiene que pasar página y volver a empezar, la hermana Madeline se da cuenta que Joe y Emily tienen asuntos pendientes y que ninguno de los dos descansará hasta que todo quede resuelto. Con esta idea en mente, Joe logra dar un paso adelante.
El final es precioso.

Corre, Lola, corre (Rennt, Lola, rennt)
La vi en VO, en alemán. Hace años la vi, pero no me importó repetir el otro día. Es una película rápida, como se deduce por el título, y la música acompaña perfectamente a los movimientos de la protagonista durante la corta duración del film.
Manni debe entregar al mafioso para quien trabaja cien mil marcos. Pero, accidentalmente, pierde en el metro la bolsa que contenía el dinero. Tiene exactamente veinte minutos para recuperar la bolsa y una aliada inestimable: su novia Lola, que se verá obligada a correr para conseguir sus objetivos.
La misma historia se relata en tres ocasiones pero con consecuencias diferentes en función del tiempo. Un juego causa-efecto en el que un sólo segundo de retraso puede provocar situaciones completamente diferentes y determinar el desarrollo argumental de la película.
Fue ganadora del premio Sundance del 99, entre otros.

28.1.07

Sven y Merlin

Unas cuantas fotos de mis peques:

El 4 de enero, durmiendo al lado del altavoz o luchando por el dominio de la manta.





















El 21 de enero. Descansando al calor del hogar.


Estreno de la plataforma el 24 de enero.














Nuevo rascador. Más de dos metros de diversión. Ahora ya no se podrán quejar, eh?









Nos costó un poco montarlo, pero al final lo conseguimos :)















27.1.07

Tierra de Brujas

Interesante exposición la que ofrece este año el Museu d'Història de Catalunya : La caza de brujas en Catalunya. Se puede visitar del 25 de enero al 27 de mayo.
Para más info sobre el museo: http://www.mhcat.net/

La exposición, preparada por los historiadores Agustí Alcoberro y Josefina Roma, nos guía por la superstición producida por la ignorancia. Y también por la implacable cacería religiosa que ejecutó la Iglesia de la Contrarreforma."Entre 1540 y 1750 fueron procesadas en Europa unas 110.000 personas, de las cuales fueron ajusticiadas no menos de 60.000", evalúa Alcoberro. El arquetipo de la bruja es tan antiguo como la humanidad. La pieza más antigua de la muestra es una pequeña placa de plomo, un defixio, maleficio en latín, desenterrado por los arqueólogos en Empúries. En la exposición hay auténticas maravillas como los dos libros miniados de Jean Tainature, un artista de la corte de Borgoña que iluminó hacia 1460 los primeros aquelarres -sábats en hebreo o aplecs en catalán- con los brujos besando el trasero de un gran macho cabrío, el diablo, mientras las brujas cabalgan en el aire sobre demonios cornudos. Nos guían por este submundo de ángeles y demonios Shakespeare, que en Macbeth dió voz principal a las hechiceras, y Goya, que en sus Caprichos dibujó a la "caterva infernal que va dando aullidos por el aire". Pero, según subrayan los responsables de esta exposición, la figura de la bruja tiene mucho que ver con la misoginia. Tradicionalmente las mujeres sabían de hierbas, atendían los partos como comadronas y se ocupaban de mantener las tradiciones, en el castillo o en el call. Demasiado poder para el sexo sin alma.Las épocas de recesión económica estimulaban las purgas. Las hubo, según muestran los antiguos y espeluznantes documentos, en Terrassa y Reus, en Ulldecona y el Montseny. La Inquisición se mantuvo al margen y detuvo en muchos casos delaciones y linchamientos. Hay una reproducción del instrumento de tortura al que ataban a las sospechosas. Les colgaban pesos de hierro de los pies y ante el dolor y el miedo todas confesaban lo mismo: "Sí, he copulado con el diablo, me he untado las axilas con ungüento y he volado provocando tormentas que destrozan las cosechas...".La tenebrosa pero adecuada escenografía acompaña amuletos como el coral rojo y la figa; los nombres de la tropa de Luzbel y algunas tablas góticas; los efectos alucinógenos de la mandrágora. Al final, un apartado de corte antropológico demuestra que en el imaginario cultural sigue vivo ese miedo a las tinieblas que surge de noche, ante un buen fuego ardiendo en el hogar.
Ref. : http://www.elperiodico.com/default.asp?idpublicacio_PK=46&idioma=CAS&idnoticia_PK=374308&idseccio_PK=&h=

La exposición cuenta con cinco partes:

- "La màgia en el món medieval" o "La magia en el mundo medieval"
- "La invenció de la bruixa" o "La invención de la bruja"
- "Les bruixes vistes pels seus perseguidors" o "Las brujas vistas por sus seguidores"
- "La gran cacera" o "La gran caza" (con especial mención al caso de Zugarramurdi)
- "La bruixa en la tradició popular" o "La bruja en la tradición popular

17.1.07

Edición anterior

Desde que estrenaron esta serie en Canal + (cuando existía en abierto) la he seguido porque me parece muy original y es la típica con finales felices o buenos finales; además, sale un gato ;)

Gary Hobson cada mañana recibe el periódico del día siguiente. La primera vez que le llegó a su puerta creyó que la fecha era una errata, pero después de que cada día estuviera allí, debajo del mismo gato naranja, se dio cuenta de que se le había concedido el don de conocer el futuro.

Es curioso, el gato que aparece en la foto no es el de la serie, ¿verdad? Este es bicolor y el de la serie es naranja de esos rayados, vamos, un tabby en toda regla.

Guía de episodios: http://epguides.com/EarlyEdition/

6.1.07

La traductora de Tolkien

Y al hilo del anterior mensaje, leo esto y no puedo ignorarlo, lo tengo que publicar en este Laberinto de Ideas; sí, miles de ideas me pasan ahora por la mente después de este artículo...

Matilde Horne, de 92 años, traductora de 'El señor de los anillos', ha dejado de percibir unos suculentos derechos de autor.

Se encoge de hombros cuando trata de explicar por qué ha acabado en una residencia de ancianos en Ibiza. No lo comprende. En toda su vida no ha hecho otra cosa que trabajar, que traducir. "Siempre he vivido escasamente. Tenía dos hijos a mi cargo, pero no me imaginaba esto".
En 1978, época en la que las dictaduras militares oprimían Argentina, Matilde puso rumbo a España. Y se instaló en Barcelona, donde también estaba su amigo Francisco Porrúa, entonces al frente de Ediciones Minotauro. "Paco escribió a Christopher Tolkien para decirle que yo era la persona ideal para continuar con la traducción de sus libros". Él ya había traducido 'La comunidad del anillo', la primera entrega de la saga de El señor de los anillos. Matilde se encargaría de traducir las dos siguientes: 'Las dos torres' y 'El retorno del rey'. "Fue una traducción difícil, pero creo que gustó bastante. Me dijeron que era muy linda, muy poética, aunque yo nunca vi mucha poesía en Tolkien. Debería haber leído El señor de los anillos con 20 años y no con 60; a esa edad yo ya estaba de vuelta y muchas cosas me parecían falsificadas. Definitivamente, no lo leí en la época adecuada".
Matilde disfrutó muchísimo más traduciendo Los libros de Terramar, de Ursula K. Le Guin; Solaris, de Stanislaw Lem, o La pasión de la nueva Eva, de Angela Carter. "En realidad, a Tolkien lo juzgo un poco elitista: los rubios, hermosos y altos del norte, y los negros, feos y malos del sur, pero no dudo de su imaginación y su riqueza verbal". Con todo, Matilde pasó más de dos años enredada en el universo Tolkien. "Creo que tendría que pedirle a Christopher un pequeño fondo de reserva por la cantidad de ojos que gasté", bromea. "Y de cerebro", añade su hijo Martín -él no bromea-, de visita en Ibiza.
Acabado el trabajo, se olvidó y siguió traduciendo para Minotauro y para muchas otras editoriales.
En 2001, Porrúa vendió Ediciones Minotauro al Grupo Planeta y, en concepto de "finiquito después de 50 años de traducciones", le dio a Matilde 6.000 euros. "Nunca tuve idea del valor del dinero. En ese momento me pareció bien, pero luego me di cuenta de que no daba para nada". Poco después volvería a reunirse con Porrúa: "Le dije que se había equivocado y él me dijo que Planeta le había hecho la mejor oferta y que quería las obras libres de derechos, y yo allí me quedé colgada". Además, los contratos de Matilde con Porrúa siempre fueron verbales. "A mí así me iba bien. Éramos amigos desde hace sesenta o setenta años y siempre me pagaba, no mucho, pero me pagaba". Y Porrúa se puso en contacto con Planeta. "Me ofrecieron 1.000 o 1.200 euros al año por los derechos de los libros, de los que tenía que descontar el IRPF, con lo cual, perdía mi pensión". Matilde cobra al mes 300 euros de pensión no contributiva. "Unos 240 van a parar a la comida, que tengo que pagar y no me gusta [Matilde no llega a los 40 kilos], y el resto me lo guardo para pagar el teléfono móvil; es la única manera de comunicarme con mis amigos y mi familia".
Desde el desencuentro con Planeta, Francisco Porrúa ingresa en su cuenta 500 o 1.000 euros por cumpleaños o fin de año. "Ya no nos vemos; sólo hablamos por teléfono de vez en cuando".
Daniel Cladera, responsable del área de derechos de Planeta, desconoce tal oferta y asegura que la editorial está dispuesta a negociar. "De hecho, últimamente estamos regularizando contratos antiguos con traductores", añade. Planeta compró la editorial Minotauro, especializada en ciencia-ficción y literatura fantástica, en 2001, tan sólo nueve días antes de que se estrenase la primera película de El señor de los anillos, 'La comunidad del anillo', de la trilogía dirigida por Peter Jackson. Los espectadores de esa primera entrega se contaron por millones, y en 2001 estalló la fiebre Tolkien: El señor de los anillos vendió un millón de copias. Matilde nunca participó de ese boom. Cladera asegura que desde la compra de Minotauro, las ventas de El señor de los anillos 'Las dos torres' y 'El retorno del rey' "ascienden aproximadamente a 500.000 ejemplares". Sin embargo, en una información publicada en este periódico el 13 de diciembre de 2001 se decía que la trilogía había vendido sólo en ese año un millón de copias. Y también que, desde 1977 hasta 2001, se habían vendido en España y América Latina cuatro millones de ejemplares. La editorial Minotauro, dirigida por Francisco Porrúa, reconocía que solía facturar tres millones de euros al año, pero en 2001 los números se han disparado hasta los 9,6 millones, gracias sobre todo a Tolkien -Minotauro era propietario no sólo de El señor de los anillos, El hobbit, El Simarillion, sus cuentos, ensayos, cartas, etcétera-. Y la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE), en su informe de 2005, situaba a El señor de los anillos en el número 7 de los más leídos en 2005 y en el 10 de los más comprados.
Toma aire, mira por la ventana; ya ha contado "esa historia tan turbia" -es una de las que tiene que esforzarse por recordar porque ha debido de esforzarse mucho por olvidar-. "Parece que tengo de todo, alimento, habitación, y doy gracias al cielo por la luz, el aire, el verdor; puedo estar sola pero no es así", explica. Claro que está sola. En la residencia, la mayoría de los ancianos habla payés, y ella no los entiende. "Para mí es como un cacareo", sonríe.
Matilde no quiere acordarse más de Planeta ni de Tolkien ni de El señor de los anillos; quiere que ellos se acuerden de ella para que pueda volver a casa. "Mira, yo nunca pensé que fuese a vivir tantos años, pero ahora tengo ganas de seguir viviendo". Cobró 6.000 euros de finiquito después de 50 años de traducciones, y ahora vive en un asilo. Tradujo los dos últimos tomos de la trilogía, con unas ventas de medio millón de ejemplares.

http://www.elpais.com/articulo/cultura/vi/poesia/Tolkien/
elpepucul/20070106elpepicul_3/Tes

El timo de las editoriales

Hoy en El País aparece el siguiente artículo sobre la situación actual de los traductores literarios. Certifico dicha información y añado que existen editoriales que ni siquiera hacen ese contrato al que están obligadas por ley.

http://www.elpais.com/articulo/cultura/Traducciones/crecientes/
dinero/menguante/elpepucul/20070106elpepicul_2/Tes

Desde 1987 la Ley de Propiedad Intelectual protege los derechos de los profesionales de la traducción literaria: tras una ardua negociación la ley reconoció la autoría de los traductores y estableció unos contratos marco pensados para regular las relaciones entre traductores y editores. "Todavía hoy, casi 20 años después, parece que hay editores que desconocen la LPI, los contratos se incumplen sistemáticamente, o al menos, se intentan incumplir", explica Manuel Serrat Crespo, veterano traductor y partícipe de las negociaciones con el gremio de editores.
El incumplimiento de contratos y el impago de los derechos de autor son traiciones de siempre. "Yo no cobro los derechos de autor de ninguno de los libros que he traducido", asegura Encarna Castejón, que ha traducido a George Steiner, Émile Zola o Michel Houellebecq. Las razones de este impago pueden ser diversas: los libros que ha traducido podrían no haber generado derechos de autor -normalmente deben superar los 20.000 ejemplares para que el traductor pueda empezar a cobrar- y, si lo hubieran hecho, ni la editorial ha dicho esta boca es mía ni la traductora ha luchado por lo que legítimamente le corresponde.
Y con el tiempo, las editoriales han pergeñado nuevas traiciones: la mayoría de las editoriales no han revisado sus tarifas desde hace más de 10 años. En realidad, eso no es del todo cierto, algunas sí, pero sólo para menguarlas. "Algunas editoriales llegan a ofrecer entre cuatro y seis euros brutos por página", denuncia María Teresa Gallego, presidenta de la Sección Autónoma de Traductores de Libros de la Asociación Colegial de Escritores de España (Acett). Los traductores con cierta experiencia no aceptan esas tarifas irrisorias, pero quienes se toman la traducción como una mera afición o quienes están empezando no suelen pelear demasiado por unas tarifas dignas. "Por eso cada vez hacemos más cursillos y mesas redondas, porque sabemos que les van a putear", asegura Gallego.
En este afán editorial por encoger las tarifas ha aparecido una nueva modalidad: las subastas a la baja. "Ofrecen un libro a varios traductores y el que acepte la tarifa más baja, se queda con el trabajo", explica Carmen Francí, secretaria general de Acett. En la lista negra de esta asociación se encuentran editoriales como Planeta, Random House Mondadori, Gredos, Urano...
Completa el par de traiciones novedosas el nuevo sistema de facturación que han adoptado algunas editoriales. "Antes nos pagaban por página, porque escribíamos a máquina. Cada folio tiene 30 líneas y 70 espacios y nos pagaban lo mismo independientemente de que esas 30 líneas y 70 espacios estuvieran llenos o no [no los llenarían, por ejemplo, los diálogos ni los versos]: Con ese sistema, editor y traductor daban por supuesto un equilibrio. Sin embargo, hace tiempo, un genio editorial vio que si contaba las páginas y luego sus caracteres y los dividía entre 2100
[que son los caracteres que hay en una plantilla de 30 líneas - 70 espacios]
ya no tenía que pagar al traductor esos espacios en blanco. Seguía respetando los espacios entre palabras pero, a la hora de pagar, ya no existían puntos y aparte, y todo el texto iba corrido, como si fuera una especie de salchicha de texto", explica Carlos Milla quien, junto a Marta Pino, ha elaborado un estudio sobre este nuevo sistema de cómputo, que reduce, aproximadamente, un 20% los ingresos de los traductores.
Lamentablemente, aseguran los traductores consultados, la situación seguirá así, mejorando o empeorando lentamente, hasta que llegue el gran día. "Hasta que no podamos demostrar que las traducciones, las buenas y las malas, afectan a las ventas, a las editoriales les importará un comino", asegura Serrat. En España, dicen, no existe ni se vislumbra que vaya a surgir pronto una cultura de la traducción: "Que un señor o señora vaya a la librería y digan '¿Quién ha traducido este libro?", añade.
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