Y al hilo del anterior mensaje, leo esto y no puedo ignorarlo, lo tengo que publicar en este Laberinto de Ideas; sí, miles de ideas me pasan ahora por la mente después de este artículo...
Matilde Horne, de 92 años, traductora de 'El señor de los anillos', ha dejado de percibir unos suculentos derechos de autor.
Se encoge de hombros cuando trata de explicar por qué ha acabado en una residencia de ancianos en Ibiza. No lo comprende. En toda su vida no ha hecho otra cosa que trabajar, que traducir. "Siempre he vivido escasamente. Tenía dos hijos a mi cargo, pero no me imaginaba esto".
En 1978, época en la que las dictaduras militares oprimían Argentina, Matilde puso rumbo a España. Y se instaló en Barcelona, donde también estaba su amigo Francisco Porrúa, entonces al frente de Ediciones Minotauro. "Paco escribió a Christopher Tolkien para decirle que yo era la persona ideal para continuar con la traducción de sus libros". Él ya había traducido 'La comunidad del anillo', la primera entrega de la saga de El señor de los anillos. Matilde se encargaría de traducir las dos siguientes: 'Las dos torres' y 'El retorno del rey'. "Fue una traducción difícil, pero creo que gustó bastante. Me dijeron que era muy linda, muy poética, aunque yo nunca vi mucha poesía en Tolkien. Debería haber leído El señor de los anillos con 20 años y no con 60; a esa edad yo ya estaba de vuelta y muchas cosas me parecían falsificadas. Definitivamente, no lo leí en la época adecuada".
Matilde disfrutó muchísimo más traduciendo Los libros de Terramar, de Ursula K. Le Guin; Solaris, de Stanislaw Lem, o La pasión de la nueva Eva, de Angela Carter. "En realidad, a Tolkien lo juzgo un poco elitista: los rubios, hermosos y altos del norte, y los negros, feos y malos del sur, pero no dudo de su imaginación y su riqueza verbal". Con todo, Matilde pasó más de dos años enredada en el universo Tolkien. "Creo que tendría que pedirle a Christopher un pequeño fondo de reserva por la cantidad de ojos que gasté", bromea. "Y de cerebro", añade su hijo Martín -él no bromea-, de visita en Ibiza.
Acabado el trabajo, se olvidó y siguió traduciendo para Minotauro y para muchas otras editoriales.
En 2001, Porrúa vendió Ediciones Minotauro al Grupo Planeta y, en concepto de "finiquito después de 50 años de traducciones", le dio a Matilde 6.000 euros. "Nunca tuve idea del valor del dinero. En ese momento me pareció bien, pero luego me di cuenta de que no daba para nada". Poco después volvería a reunirse con Porrúa: "Le dije que se había equivocado y él me dijo que Planeta le había hecho la mejor oferta y que quería las obras libres de derechos, y yo allí me quedé colgada". Además, los contratos de Matilde con Porrúa siempre fueron verbales. "A mí así me iba bien. Éramos amigos desde hace sesenta o setenta años y siempre me pagaba, no mucho, pero me pagaba". Y Porrúa se puso en contacto con Planeta. "Me ofrecieron 1.000 o 1.200 euros al año por los derechos de los libros, de los que tenía que descontar el IRPF, con lo cual, perdía mi pensión". Matilde cobra al mes 300 euros de pensión no contributiva. "Unos 240 van a parar a la comida, que tengo que pagar y no me gusta [Matilde no llega a los 40 kilos], y el resto me lo guardo para pagar el teléfono móvil; es la única manera de comunicarme con mis amigos y mi familia".
Desde el desencuentro con Planeta, Francisco Porrúa ingresa en su cuenta 500 o 1.000 euros por cumpleaños o fin de año. "Ya no nos vemos; sólo hablamos por teléfono de vez en cuando".
Daniel Cladera, responsable del área de derechos de Planeta, desconoce tal oferta y asegura que la editorial está dispuesta a negociar. "De hecho, últimamente estamos regularizando contratos antiguos con traductores", añade. Planeta compró la editorial Minotauro, especializada en ciencia-ficción y literatura fantástica, en 2001, tan sólo nueve días antes de que se estrenase la primera película de El señor de los anillos, 'La comunidad del anillo', de la trilogía dirigida por Peter Jackson. Los espectadores de esa primera entrega se contaron por millones, y en 2001 estalló la fiebre Tolkien: El señor de los anillos vendió un millón de copias. Matilde nunca participó de ese boom. Cladera asegura que desde la compra de Minotauro, las ventas de El señor de los anillos 'Las dos torres' y 'El retorno del rey' "ascienden aproximadamente a 500.000 ejemplares". Sin embargo, en una información publicada en este periódico el 13 de diciembre de 2001 se decía que la trilogía había vendido sólo en ese año un millón de copias. Y también que, desde 1977 hasta 2001, se habían vendido en España y América Latina cuatro millones de ejemplares. La editorial Minotauro, dirigida por Francisco Porrúa, reconocía que solía facturar tres millones de euros al año, pero en 2001 los números se han disparado hasta los 9,6 millones, gracias sobre todo a Tolkien -Minotauro era propietario no sólo de El señor de los anillos, El hobbit, El Simarillion, sus cuentos, ensayos, cartas, etcétera-. Y la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE), en su informe de 2005, situaba a El señor de los anillos en el número 7 de los más leídos en 2005 y en el 10 de los más comprados.
Toma aire, mira por la ventana; ya ha contado "esa historia tan turbia" -es una de las que tiene que esforzarse por recordar porque ha debido de esforzarse mucho por olvidar-. "Parece que tengo de todo, alimento, habitación, y doy gracias al cielo por la luz, el aire, el verdor; puedo estar sola pero no es así", explica. Claro que está sola. En la residencia, la mayoría de los ancianos habla payés, y ella no los entiende. "Para mí es como un cacareo", sonríe.
Matilde no quiere acordarse más de Planeta ni de Tolkien ni de El señor de los anillos; quiere que ellos se acuerden de ella para que pueda volver a casa. "Mira, yo nunca pensé que fuese a vivir tantos años, pero ahora tengo ganas de seguir viviendo". Cobró 6.000 euros de finiquito después de 50 años de traducciones, y ahora vive en un asilo. Tradujo los dos últimos tomos de la trilogía, con unas ventas de medio millón de ejemplares.
http://www.elpais.com/articulo/cultura/vi/poesia/Tolkien/
elpepucul/20070106elpepicul_3/Tes
Indignante.
ResponderEliminarque injusticia ¬¬
ResponderEliminarSí, no tiene nombre. No entiendo por qué no se valora una profesión que es tan importante, ¡los libros que se perdería la gente que no sabe el idioma en el que están escritos originalmente!
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