La traducción de otras épocas

La semana pasada tuvo lugar otra Charla entre traductores, en esta ocasión en la biblioteca Elisa Pérez Vera, perteneciente a la UNED en Calatayud, que abría por primera vez esa sala para acoger una actividad de estas características. 

Concha Cardeñoso Sáenz de Miera fue la invitada que escogí para hablar de la traducción de otros siglos, porque además de su amplia experiencia con unos trescientos títulos traducidos a la espalda, también ha trabajo en muchas obras de peso como Romeo y Julieta de Shakespeare, Mujercitas de Louisa May Alcott, Norte y sur de Elizabeth Gaskell o la novela que le hizo ganar el premio de traducción Esther Benítez en 2018, Mi prima Rachel, escrito en inglés por Daphne de Maurier.

Nos habló de sus inicios, de cómo empezó a traducir cuentos y también a trabajar en adaptaciones. En uno de los vídeos que subí a mi perfil de Instagram, la puedes oír comentando cómo fue adaptar los Cuentos de Maricastaña recogidos de la tradición oral por A. M. Espinosa padre e hijo. 

Concha y yo durante la charla

Lleva muchísimos años traduciendo épocas pasadas y se encuentra muy a gusto en esta especialidad que la eligió a ella y no al revés. Desde mi punto de vista, esta es una de las características de una buena traductora, saber amoldarse al estilo del autor de la obra pero también a su contexto, al vocabulario de la época, las expresiones de entonces... Y para eso hay que leer muchas obras de esos años tanto en el idioma extranjero como en tu propia lengua, a no ser que dispongas de una máquina del tiempo que te permita recoger ese lenguaje que va cambiando conforme pasan los siglos, igual que la sociedad, aunque tengamos diccionarios como el CORDE y el CREA.

El libro de la señorita Buncle de Dorothy Emily Stevenson fue uno de los destacados, porque por fin me decidí a leerlo recientemente después de que en 2017 su misma traductora me lo recomendara cuando le dije que estaba escribiendo Las lechuzas no son lo que parecen. «Por lo que me cuentas de ese Spanish Midwest, esta novela te encantará», me dijo Concha, y no se equivocaba. Lo disfruté un montón, me pareció graciosísimo y además Concha vaticinó esa cosa en común con mi propio libro, convirtiéndome en una especie de señorita Buncle. Nos habló de su continuación, también traducida por ella, y no pude resistirme a comentar las famosas notas del traductor. ¿Qué criterio seguía para ponerlas? ¿Por qué aparecen explicaciones en la versión española si en la original no estaban? ¿Tal vez el público británico estaba más familiarizado que el español con esos datos? ¿Era cuestión del momento en el que nos hallábamos? Hay que tener en cuenta que el libro se publicó por primera vez en 1934 y su traducción es de 2012.

También nos habló de Una casa en alquiler, la colaboración de Charles Dickens con Wilkie Collins, Elizabeth Gaskell y Adelaide Anne Procter. Fue precisamente la parte de esta última escritora la que recuerda como una de las traducciones más difíciles de su carrera. Y ahora veo otra de las traducciones por las que le habría preguntado, los Cuentos del Lejano Oeste de Bret Harte, también publicado por ALBA.

Pero una hora se queda corta para la cantidad de libros traducidos por esta mujer y también quería preguntarle por los de autores contemporáneos que tratan siglos pasados. Tal es el caso de su conocida traducción Hamnet de Maggie O'Farrell. ¿Hay diferencia entre el lenguaje que se usa aquí y como escribía Shakespeare? ¿Qué retos supuso traducir este libro que ha tenido tanto éxito?

Para finalizar, contrastamos la forma de traducir a finales del siglo XX con el cambio que hubo tras la aparición de internet y las nuevas tecnologías que llegan ahora para volver a cambiar nuestro panorama. Una charla estupenda, como siempre que comparto experiencias con compañeras tan avezadas. 

Asistentes a la charla

Muchas gracias a todas las personas que vinieron a escucharnos y se animaron a hacernos preguntas, a la UNED por cedernos ese acogedor espacio, a Concha por aceptar mi invitación y a ACE Traductores y CEDRO, que son quienes hacen posible que pueda traer a estos invitados a una zona donde antes apenas había actividades sobre traducción literaria. La visibilidad de nuestra profesión es importante para que se reconozca la importancia de nuestra labor y de ese modo puedan mejorar las precarias condiciones de trabajo que tenemos actualmente, en especial las tarifas que no se corresponden con los conocimientos, las horas y el esfuerzo que implica una buena traducción. 


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