18.11.20

DEEPLIGHT (nueva traducción)

 

Los dioses submarinos de la Miríada eran tan reales como las costas y las corrientes, y tan despiadados como los vientos y los remolinos. Entonces un día se alzaron y se destruyeron unos a otros, lo que provocó la muerte de cientos de isleños y cambió el archipiélago para siempre. 

Por las agitadas calles de una ciudad viven Hark y su mejor amigo Jelt. Se ganan la vida con su ingenio; bucean en busca de reliquias de los dioses para vender. Pero ahora hay algo que se agita bajo las olas y desafía a alguien con coraje suficiente para cogerlo. Algo valioso. Algo peligroso.

Frances Hardinge llegó a mi vida justo un par de semanas antes de que se declarase el estado de alarma por el coronavirus y no pudiéramos salir de casa. Una editorial con la que no colaboraba hacía años me proponía un libro con tintes de Julio Verne y Lovecraft, y aunque a mí este segundo escritor nunca me había gustado demasiado, a pesar de mis numerosos intentos por acercarme a su obra, no iba a rechazar el que sería mi primer reto de traducción de 2020: Deeplight.

El título, para empezar, ya planteaba una gran dificultad. Una sola palabra en inglés que decía tanto... ¿Cómo conseguir el mismo efecto? Mi propuesta Luz Abisal no fue la escogida y finalmente el editor y yo acordamos el título que veis en la cubierta con una ilustración de lo más atractiva. ¿No os parece? 
Lo siguiente con lo que me encontré en la edición original fue un mapa de la Miríada y todas esas islas de un mundo inventado ya me ayudaron a empezar a hacerme una idea de lo que me esperaba en el interior de aquellas más de cuatrocientas páginas. Las ilustraciones de los dioses también me causaron un gran impacto.
Los nombres propios inventados cuando tienen un significado en la lengua original han de traducirse, así que si habéis leído ya este libro, os podéis imaginar el glosario que tengo. ¿El más largo de mi carrera profesional? Probablemente. Los obstáculos para la traductora se presentaban desde la primera página. A la vez que iba creando un glosario, también iba apuntando dudas que sólo iba a poder despejarme la escritora, porque ¿dónde buscar sino conceptos de una realidad totalmente creada por Frances Hardinge?

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«Somos lo que hacemos y lo que permitimos hacer»

No sé a vosotros qué personaje os habrá gustado más, pero yo me quedo con el sacerdote Busca. Siempre que aparecía a lo largo de la traducción me hacía mi trabajo más agradable. En cambio, no soporto a Jelt, me sacaba de quicio. El concepto de los besados por el mar y Selfin en concreto también me resultó de lo más interesante. Pero no contaré mucho más por si todavía no lo habéis leído. Me guardo el resto de apuntes, que son muchos, para entrevistas o charlas en las que aparezca tal vez en un futuro. Solamente añadir antes de finalizar que la obra de Frances Hardinge me dio muchos quebraderos de cabeza y en ocasiones angustia, pero también fue un honor para mí traducir a una escritora de tanto renombre dentro del género y que, a pesar de que la incluyan dentro de la literatura juvenil (lo que no termino de comprender), creo que esta novela está a la altura de La Materia Oscura de Philip Pullman o Jonathan Strange y el señor Norrell de Susanna Clarke, que por supuesto pueden leer los jóvenes, pero su complejidad la convierte en una obra adulta. 

Hardinge, Frances. La luz de las profundidades (Deeplight, 2019). Bambú: Barcelona, 2020. Colección Exit. Traducción de Noemí Risco Mateo. 

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