6.7.16

Sam Cooke

Las canciones de amor suelen traer melancolía, pero Sam Cooke siempre me ha sacado una sonrisa en cualquier etapa de mi vida. Por la felicidad que me ha aportado y me sigue aportando su música, desde hace tiempo quería dedicarle un pequeño homenaje en mi Laberinto de Ideas. ¿Lo oís ya por los pasillos?

La mayoría conoce a este cantante de soul y R&B por su What a Wonderful World, pero lo cierto es que de 1956 a 1964 consiguió 30 hits en el Top 40 de Estados Unidos, y cada canción que componía resultaba ser un éxito, no sólo entre la sociedad negra sino que también encandilaba a los blancos, lo que era un logro en aquella época. 
Cuando aún no había cumplido los treinta años, en 1961, fundó su propio sello discográfico, SAR Records, y allí grabaría algunos de mis temas preferidos, como Twistin' the Night Away, Bring It On Home To Me o Ain't That Good News, y otras muchas canciones que hablan de amor y desamor de todo tipo, desde el que espera a su novia a que llegue en el tren, al que está solo otro sábado por la noche, pasando por sentimientos no correspondidos, la que hace todo lo posible por agradar a su pareja, el que se harta de esperar a que esa persona se decida a querer empezar algo, el que está loco por la chica a la que le encanta bailar cuando él no sabe, o los que le piden a Cupido un favor.

En esta entrevista que le hicieron poco antes de su muerte, le preguntaba Dick Clark cuál era el secreto de su éxito y él respondió: «OBSERVAR. Entender a la gente, lo que piensan, para llegar a ellos». Cuando el presentador se interesa por sus proyectos, menciona su colaboración con Cassius Clay. Ambos estaban metidos en la lucha a favor de los derechos civiles de los negros y se hicieron grandes amigos.

Como he dicho antes, tenía el talento de crear canciones que gustaran a todos y por ello se ganó el título del Rey del Soul. Pero una fatídica noche de 1964, nos quedamos sin este gran músico. Según la versión oficial, la recepcionista de un motel le disparó «en defensa propia», cuando lo vio salir medio desnudo tras una chica con la que había entrado, pero más tarde las pruebas revelarían, gracias a la investigación de unos familiares, que el cadáver de Sam Cooke presentaba golpes por todo el cuerpo y el disparo lo había realizado un profesional. Aquí os dejo un artículo sobre el asunto y también un documental bastante completo con entrevistas, actuaciones... Espero que lo disfrutéis.
Para concluir, me cuesta creer que una persona que se preocupaba tanto por los derechos humanos y componía esas preciosas canciones fuera capaz de lo que le acusaron.
Aquí tenéis el tema que escribió cuando escuchó la canción de Bob Dylan Blowin' in the Wind, sorprendido de que precisamente fuese un blanco el que hablara de esa manera del racismo. Estas son sus palabras de esperanza. Me gusta pensar que se podrían aplicar a toda la humanidad... Lástima que por aquí no se produjera el cambio hace un par de semanas:

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