Este mes han salido dos traducciones mías a la venta y en ninguna de las reseñas que he leído en Internet mencionan mi nombre. ¡Qué triste! Informan del nombre de la editorial, de la colección, del año de publicación, hasta de cuántas páginas tiene el libro, pero ni rastro de la persona que ha hecho posible que lo puedas leer en español.
Desde aquí hago un llamamiento para que se reconozca más la profesión del traductor literario y doy las gracias a las publicaciones que sí nos tienen en cuenta.
Hoy me he encontrado con la reseña de Nieve en primavera del Heraldo de Aragón, donde sí aparece mi nombre :-)
http://www.aelg.org/resources/centrodoc/members/paratexts/pdfs/autor266/PT_paratext2928.pdf
Resulta incomprensible -y lamentable- que en plena era de la (sobre)información no se reconozca la labor de los traductores...
ResponderEliminarEn mi opinión, el nombre del traductor debería figurar en la portada del libro, ya que, como bien dices, sin él sería imposible que el lector accediera a la obra.
Por cierto, ¡enhorabuena por tu blog! Acabo de descubrirlo, pero prometo ser una asidua lectora a partir de ahora.
Mejor dicho, imposible.
ResponderEliminarAngie: Si no aparece nuestro nombre en la portada (que será todo un honor, siempre y cuando el del autor se vea más que el nuestro, claro), al menos sí que debería destacar dentro y no sólo en letra minúscula en la hoja de los créditos, como hacen algunas editoriales.
ResponderEliminarBienvenida al Laberinto, Angie. Espero que disfrutes el recorrido por sus caminos :-)
Por cierto, ¿cómo has descubierto mi blog? Gracias por tus palabras.
Dahentire: :-)
Saludos,
Tanakil.
Pues sí es una gran injusticia, porque realmente es una tarea ardua y que conlleva un gran manejo del idioma ajeno.
ResponderEliminarDesde aquí mi apoyo y mi reconocimiento.
Estoy de acuerdo contigo, y me declaro culpable porque cierto es que yo misma muchas veces no pongo el nombre del traductor... A partir de ahora eso cambiará!
ResponderEliminarY también doy la razón a Angie, que dice que el traductor es muy importante. Me pasó cuando me topé con tu blog, donde te referías a TU traducción de "La princesa que hablaba con el viento", y yo -te lo aseguro- lo flipaba, porque me sentía como si hubiese encontrado el blog de la autora,¡igual de transcendente o más!
Y casí salgó flotando cuando me dejaste un comentario en mi blog, ¡¡ahh!! ;)
En fin... Qué parodias!
Saludos, Tanakil, que pases una buena semana!
La norma es lo primero que comentas, Tanakil: que nadie mencione a un "invisible". Lo extraordinario es lo que ha hecho el Heraldo. Es lamentable, pero un hecho que se repite constantemente. Y no es de extrañar porque la mayoría de editoriales relegan al traductor a las líneas de letra minúscula de la página de créditos.
ResponderEliminarA eso, añade los "fusilamientos" de tu trabajo. Yo he tenido que ver, pasmada y enfada, que a los "copistas" de uno de mis textos, justo debajo del enlace para bajarse el libro por la "feis", los felicitaban por: "las buenas TRADUCCIONES que HACÍAN."
En fin, el cuento de nunca acabar.
Enhorabuena porque, al menos, figure tu nombre. Algún día (esperemos) incluso harán un comentario sobre la labor -tan importante- de la persona que lo ha traducido.
Un abrazo
Pues sí, la verdad es que es incomprensible... Hay que ver...
ResponderEliminarGracias por vuestras palabras, en serio.
ResponderEliminarLady V: Sí, traducir novelas tiene lo suyo porque en este tipo de textos se puede hablar de cualquier cosa y aunque el traductor está especializado en literatura, un día tiene que buscar información sobre los guardas forestales, al otro cómo se tituló en España una serie de TV canadiense que emitieron en los años 70 y al cabo de unos meses, especializarte en el tiro con honda. Todos son casos que he vivido, jeje.
Damned: A ver si es verdad y nos nombras en tus fichas ;-) Lo cierto es que para mí fue todo un honor que dieras una de las notas más altas de tus reseñas a "La princesa que hablaba con el viento". Es una buena historia, sí.
Mila: Si miras en las entradas de "Traducción", verás que por suerte sí he visto mi nombre más de una vez puesto en reseñas, pero me da rabia cuando no me mencionan en ningún comentario de los dos libros que han salido este mes. Tendremos que seguir promocionándonos nosotras mismas :-)
Saludos a todas,
Tanakil.
Tienes razón, Tanakil. Es incomprensible, ya que el trabajo del traductor es importante y en ningún caso se debe desestimar. Esperemos que con el tiempo la gente se vaya concienciando, ya que no se pueden aprender todos los idiomas.
ResponderEliminarUn beso ;-)
que injusta es tu profesión T.T
ResponderEliminarSí, Tanakil, sé que ya has tenido más reseñas sobre tus traducciones. No me refería a tu caso en particular. Generalizaba, porque es la pauta habitual en editoriales, críticas, páginas especializadas y lectores, no ya que se hable de quién lo ha traducido y si ha hecho un buen trabajo, sino que ni siquiera se les pase por la cabeza que en esa novela de la que se habla o que se anuncia o se lee ha trabajado alguien dándole forma en castellano.
ResponderEliminarMe refería a eso. Yo también, por suerte, tengo "buena prensa" con críticos y lectores, pero no es lo habitual.
En mi "especialidad" lo que sí suele pasar es que se acuerden del traductor en cuanto una letra está fuera de sitio o cosa por el estilo, lo cual convierte el libro en cuestión en un desastre que habría que devolver por "defectuoso", así como improperios varios para calificar al infeliz de turno (traductor visible), que en estos casos parece ser el único responsable de la publicación del libro, como si no participara nadie más.
Un abrazo :)
Mila: Tienes razón en que muchas veces el traductor deja de ser invisible para que le culpen de "qué mal traducido está este libro", cuando a veces son errores tipográficos lo que ve la gente. Yo misma en el pasado a veces hacía ese tipo de comentarios.
ResponderEliminarPero resulta que una vez entregas la traducción, tu texto sufre varias modificaciones (correctores, editores...)y muchas veces ni llegas a verlas. Por eso, cuando escribo una entrada sobre mis traducciones, invito al lector a que me envíe cualquier comentario o duda, porque quizás ambos descubrimos algo nuevo.
Saludos,
Tanakil.
Te entiendo perfectamente, es un trabajo nada fácil aunque cuando gusta no hay nada imposible. Estoy con más comentaristas en que el nombre del traductor debería de figurar en la portada del libro, sin SU trabajo pocas pesonas podrían acceder al libro. Te imaginas, por poner un ejemplo, que la famosa trilogía de Larsson no hubiese sido traducida a ningún idioma? cuánta gente aparte de los suecos claro, la habría podido leer?
ResponderEliminarUn abrazote cielo y adelante con tu buen hacer
Es muy triste que no se haga ninguna referencia en un libro a una profesión tan importante para difundir la literatura como es la de traductor. ¿Cuánta gente podría acceder a una novela en chino, coreano o japonés en esta fiebre por el mundo oriental? O más cerca, ¿cuántos podrían leer a Larsson? Y, bueno, en la misma España, donde la mayoría son eternos estudiantes de inglés, ¿cómo se podría leer un Dickens, un Shakespeare o incluso un Dan Brown?
ResponderEliminarA mí tampoco me parece bien que se tenga en tan poca consideración a los traductores.
ResponderEliminarTengo quince años y quiero cursar la carrera de Traducción e Interpretación, ser traductora es mi sueño (casi tanto como lo es ser escritora) y me parece que su labor no se respeta no se tiene en consideración de la forma que se merece.
Por cierto, yo también acabo de descubrir este blog (gracias a uno de los libros que has traducido, "Tres Deseos"), y me ha gustado mucho. ¡Por favor, sigue así!
Aiora
Aiora: Bienvenida al Laberinto :-)
ResponderEliminarGracias por tus palabras.
Saludos,
Tanakil.